Aunque la estrella televisiva Kim Kardashian ha convertido sus famosas nalgas en su principal seña de identidad, irónicamente ahora planea ponerse manos a la obra para conseguir recuperar la figura menos curvilínea -y con un trasero más reducido- que lucía hace unos años.
«Quiero perder algo de culo. No del todo, pero es extraño ver cómo cambia tu cuerpo con cada embarazo. Quiero volver a ser la Kim de 2010 o 2011, así que me voy a fijar esa meta y pienso conseguirlo», aseguró a la revista new!
No obstante, si la dieta y el ejercicio no demuestran dar los resultados esperados en un tiempo razonable, Kim -madre de North (2) y Saint (5 meses) junto al rapero Kanye West- piensa tirar la toalla para empezar a comer lo que le venga en gana.
«Si no lo logro continuaré comiendo donuts», añadió.
Este tipo de bollería es, de hecho, uno de los pocos puntos débiles que reconoce tener Kim, quien después de varios años sometiéndose todo tipo de dietas parece haber perdido su antigua pasión por la comida.
«Creo que se me ha dado tan bien hacer dieta que ya nada me emociona como antes, excepto los beignets de Nueva Orleans [dulce de masa frita relleno de frutas típico de la ciudad de Luisiana] y los donuts cubiertos de azúcar, que son mi obsesión. ¿Mi bebida favorita? Tiene que haber algo que me guste… No soy mucho de bebidas alcohólicas, pero en París hay un restaurante llamado Ferdi que tiene una bebida de fresas que me encanta. Pero si pudiese beber cualquier cosa sin preocuparme por las calorías sería una piña colada de fresa», confesaba Kim en una entrevista anterior.