– ESTUVE ENFERMA –
– LO DIFÍCIL
Como cualquier hábito, el ejercicio también se adquiere con constancia, de acuerdo con Thamsin Dunn, coach experto en primeros auxilios.
“Si estuviste apartada del gym y rompiste el hábito, puede ser muy difícil retomar el ritmo y agarrarle el gusto”. De hecho, las primeras veces pueden resultar muy desagradables (sentirás que se te sale el corazón y que los pulmones no te dan para más), tanto que querrás rendirte.
– LA ESTRATEGIA
Permite que tu cuerpo te dé la pauta. Si aún sigues enferma, espera otro poco, de lo contrario, podrías recaer, pues la mayoría de los nutrientes se irán a tus músculos y no adonde más se necesiten, que es a atacar las infecciones.
Presta atención de dónde se presentan tus síntomas. Si éstos están por encima del cuello (dolor de garganta, escurrimiento nasal) puede ser bueno hacer algo en un ambiente de calor. Pero si están por debajo del cuello (como dolor muscular, pecho congestionado o fiebre), tienes que descansar.
Si en cambio, ya te sientes bien, retoma el ejercicio poco a poco. “Si el entrenamiento no te hace daño, aprieta el pedal hasta el fondo”.
– TUVE UNA LESIÓN –
– LO DIFÍCIL
Si sufriste una lesión grave es normal que sientas cierto temor de volver. Y el hecho de haberte tomado tiempo para sanar pudo hacer que perdieras condición.
– LA ESTRATEGIA
Existen tres fases en una lesión, según Dunn. Las primeras 72 horas son en las que ésta se hincha y, de ese modo, restringe el movimiento del área afectada.
Luego sigue la recuperación, que ocurre entre la semana cuatro y seis, en las que el cuerpo intenta reconstruir cualquier daño tan rápido como le es posible.
Al final viene la remodelación (de los seis meses en adelante). Dunn sugiere los siguientes intercambios:
Para lesión de hombro o codo: Puedes cargar peso con cualquier parte del cuerpo inferior. Realizar lagartijas, sentadillas y escaleras.
Lesión de rodilla: Hacer ejercicios con la parte superior del cuerpo: pesas para pecho, de hombro, remo…
Lesión de mano: Corre. Es lo único.
Lesión de espalda: Uy, éstas requieren mucho respeto. Sigue las instrucciones de tu fisioterapeuta.
– TUVE UN BEBÉ –
– LO DIFÍCIL
El ejercicio tiene que ser compatible con tu baby, así que las horas que estabas en el gym son un tanto idealistas.
Tu cuerpo pudo cambiar, tus ligamentos más holgados y tu energía, concentrada en dar leche al bebé.
– LA ESTRATEGIA
Prueba hacer ejercicios en casa y con el pequeño cargado o, bien, aprovecha cuando se encuentre dormido.
Empieza con caminatas, empujando la carriola, o lleva a cabo estas rutinas:
CALENTAMIENTO (una vez)
Corre en tu mismo sitio un minuto.
Da 20 patadas altas.
Haz 20 desplantes.
EJERCICIO: (repite el circuito tres veces con un minuto de descanso entre intervalos)
25 sentadillas (con el bebé cargado en el pecho).
15 lagartijas (dejándolo en el piso).
20 desplantes (sujetándolo en tu pecho).
15 levantamientos de bebé (abre el compás y sostén al pequeño entre las piernas. Levántalo hacia tu pecho, apoyando bien su cuello).
25 sentadillas (con el bebé en el pecho).
30 segundos de lagartija congelada (con el bebé en el suelo).
ENFRIAMIENTO: Deja al pequeñín en el piso con cuidado y estira.
– SE ME OLVIDÓ HACER EJERCICIO… 28 AÑOS –
– LO DIFÍCIL
Quizá tenías un metabolismo maravilloso al inicio de tus 20, pero es hasta ahora que sientes la necesidad de hacer algo.
Es posible que te haya costado mucho trabajo inscribirte en un gym (puede resultar intimidante).
– LA ESTRATEGIA
Agenda una clase muestra con un entrenador personal. Ellos conocen técnicas muy buenas y son las personas adecuadas para decirte qué tipo de ejercicio es bueno para ti.
Lo más importante de todo es una cara amistosa para atravesar más fácil la etapa de ser la nueva. Después lo harás bien sola. Pídele que te muestre cómo funcionan todos los aparatos para que no te sientas intimidada el primer día.
Inicia con máquinas de cardio, bandas para correr, elíptica y bicicletas, que tienen paneles de programación muy sencillos de usar.
Si te llegas a sentir como que la gente te mira o juzga, piensa que todos los que están ahí alguna vez llegaron como tú. Si lo que necesitas es motivación, recluta a una amiga; cuando tienes a alguien que te empuje a ir o quedes con ella, te será más difícil abandonarlo.
– ME FUI DE VACACIONES –
– LO DIFÍCIL
Si te fuiste dos meses a Europa y probaste de todo o te quedaste en tu ciudad disfrutando de los platillos y drinks navideños, de seguro andas unos kilitos de más.
Aunque te la pasaste increíble por un buen rato, la verdad es que no estabas lista aún para volver a tu rutina. Obvio, lo último que quieres es ver el metal de los aparatos de un gimnasio, y de seguro da depresión post vacación, ¿cierto?
– LA ESTRATEGIA
En vez de meterte de lleno a una rutina aburrida, sigue en la aventura y lleva a cabo actividades emocionantes como si fueran al aire libre que pueden ser hasta más cansadas que hacer pesas.
Por ejemplo, puedes ir a un escalódromo y con eso ejercitarás abdomen y sentirás adrenalina.
Si te gusta, puedes ir a escalar a una montaña de verdad, investiga los lugares cercanos en los que puedas hacerlo y organiza un paseo con tus amigos.
También practicar bici de montaña y quemarás mucha grasa. Si eres más zen, practica yoga o Pilates, pues son perfectos para relajarte.
Si no te late ninguno de los que te recomendamos, recuerda tus vacaciones de ensueño mientras corres en la banda.