Un equipo de científicos del Instituto Pirbright del Reino Unido identificó el gen de la masculinidad en los mosquitos transmisores de la malaria, un hallazgo que abre la puerta al control genético de la enfermedad, según un estudio publicado este jueves en la revista «Science».
Los investigadores, al frente de los cuales se encontró el doctor Jaroslaw Krzywinski, lograron aislar un gen -bautizado como Yob por los autores- que determina la masculinidad en la especie de mosquito africano que es responsable de la transmisión de la malaria, el Anopheles gambiae.
Para identificar el gen, los científicos usaron secuencias de alto rendimiento para obtener muestras de todos los mensajes genéticos producidos en los embriones masculinos y femeninos del mosquito, y, al compararlos, hallaron que Yob sólo se encontraba en los masculinos.
«Nuestra investigación puede tener grandes implicaciones para el control de la malaria. Esta enfermedad prevenible es la mayor causa de sufrimiento humano y una inmensa barrera para el desarrollo socioeconómico, principalmente en los países pobres del África subsahariana», apuntó Krzywinski.
La malaria, que infecta cada año a unos 200 millones de personas y causa medio millón de muertes, es transmitida fundamentalmente por las hembras de Anopheles gambiae y de otro mosquito, Anopheles arabensis, por lo que el hallazgo del gen de la masculinidad abre las puertas a la lucha contra esta enfermedad mediante la modificación genética.
Cuando los investigadores inyectaron el gen Yob a embriones, éste mató a las hembras antes de que saliesen del huevo, mientras que no afectó el desarrollo de los machos.
Actualmente, la forma más eficiente de combatir la malaria es el uso de insecticidas para controlar a los mosquitos que la transmiten, pero, según los expertos, el aumento de la resistencia a los productos químicos por parte de estos insectos podría hacer que en un futuro cercano estos dejasen de ser efectivos.
«Claramente, necesitamos una alternativa más sostenible para el control de los mosquitos. Las estrategias genéticas, como las que se usan de forma exitosa para controlar las plagas en agricultura, tienen un gran potencial», añadió Krzywinski.
El investigador explicó que para ello se deberá liberar a ejemplares modificados genéticamente que sean machos, por lo que la propiedad del gen Yob para matar a las hembras resulta una herramienta «de incalculable valor».
DC|DLA