La defensa de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones por un juicio político, entregó hoy al Senado sus alegatos de conclusión, en los que insiste en que no cometió delitos que justifiquen su destitución.
Los alegatos finales fueron entregados por José Eduardo Cardozo, quien representa a la mandataria, a la comisión del Senado a cargo del juicio político, que la próxima semana retomará sus audiencias.
En el documento, de unas 500 páginas, Cardozo insiste en que la presidenta no cometió ningún “crimen de responsabilidad”, que es como la Constitución brasileña define las situaciones que pueden provocar la destitución de un mandatario.
DC | EFE