Los sobrinos de la primera combatiente Cilia Flores, quienes enfrentan cargos de narcotráfico en Nueva York, pretendían realizar múltiples envíos de droga a Estados Unidos y aseguraban que estaban en posesión de cocaína de alta pureza suministrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según documentos de la corte.
La información proviene directamente de las palabras de los propios sobrinos, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, quienes expresaron sus aspiraciones delante de informantes encubiertos de la Agencia Antinarcóticos (DEA) y posteriormente ante agentes federales en confesiones tomadas después de que fueran arrestados en Haití en octubre del 2015.
Los documentos introducidos en la corte también mencionan testimonios brindados por el propio Campo donde inicialmente atribuyó la motivación de enviar droga a Estados Unidos a la necesidad de conseguir fondos para las pasadas elecciones parlamentarias.
Pero esa versión fue desmentida posteriormente por el propio Campo durante las confesiones que se le tomaron en el avión que le conducía a Estados Unidos después del arresto.
Al ser “interrogado sobre el impacto que tendría en la opinión pública cuando saliera en la prensa que él estaba tratando de llevar a cabo esta transacción de drogas para ayudar a financiar la campaña (de la primera dama) Cilia Flores por un curúl en la Asamblea Nacional”, Campo respondió: “Yo sé que dije eso, pero en la realidad el dinero era para mí”, relató uno de los documentos presentados ante la corte.
“Campo declaró que amigos en el negocio de la droga le habían dicho que debía tener cuidado de no ser robado y que por protección hizo la declaración con respecto a la campaña” de su tía, agregó.
Los jóvenes acusados, quienes prácticamente fueron criados como hijos por la pareja presidencial, son acusados de conspirar para importar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos, bajo cargos que podrían acarrear una sentencia de hasta 30 años de cárcel.
Pero el envío de 800 kilogramos pretendía ser solo el primero de lo que los acusados aspiraban sería una larga y fluida operación de narcotráfico, resaltó la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York en documentos presentados el viernes ante la corte.
“Franqui Francisco Flores De Freitas (“Flores”), y otros trabajaron juntos para tratar de enviar cientos de kilos de cocaína de Venezuela a Honduras, de manera que las drogas fueran importadas a Estados Unidos presuntamente por narcotraficantes mexicanos que en realidad se trataba de fuentes confidenciales que operaban bajo la dirección de la DEA”, declara uno de los documentos de la fiscalía.
“A finales de octubre del 2015, Campo le dijo a dos Fuentes durante una reunión grabada: ‘Estamos en guerra con Estados Unidos’. Y durante reuniones grabadas en Venezuela, Honduras y Haití, los acusados discutieron transportar múltiples cargas de cocaína en aviones privados, con el entendimiento inequívoco de que los narcóticos terminarían en este país, en conexión con transacción que ellos esperaban generarían millones de dólares en recaudos”, agrega el mismo documento.
Los documentos fueron presentados por la fiscalía en respuesta a una oleada de mociones introducidas por la defensa a inicios de este mes que buscaban desestimar muchas de las pruebas presentadas contra los acusados, así como las confesiones que brindaron después de que fueran arrestados.
Durante las confesiones, los jóvenes admitieron que Campo se reunió con un hombre identificado como “El Gocho” quien prometió suministrarles con cerca de 800 kilogramos de cocaína para ser envíados a Estados Unidos.
“El Gocho obtuvo la cocaína de las Fuerzas Armadas Revolucionarías de Colombia (FARC)”, señala el documento que describe las confesiones brindadas por los acusados.
Durante su confesión, Campo también dijo que el sentía que su reputación era lo bastante sólida como para poder realizar el envío de 800 kilogramos de cocaína desde el aeropuerto de Caracas sin la ayuda de funcionarios gubernamentales, policiales o militares.
Durante las confesiones, Campo declaró que él y su primo estaban trabajando por su propia cuenta.
Al preguntárles si ellos habían discutido sus planes con su familia, Campo declaró que no porque “ellos lo matarían”.
También se quejó de que su familia no habían compartido con él el éxito que disfrutaban.
“Por ejemplo, Campo declaró que trató de ganar dinero pidiéndole a su primo Erick Malpica Flores, Director de Finanzas de [la estatal de petróleo] PDVSA, que aprobara los pagos a algunas empresas, seleccionadas por Campos Flores, a los que PDVSA debía dinero para cobrar comisiones, pero Campo dejó entrever que Malpica con le ayudo”, señala el documento.
“Campo agregó que todo lo que él quería era ganar algo de dinero en esta operación (de cocaína) para vivir en Estados Unidos con su esposa e hijos”, agregó el documento.
DC|ENH