El bandoneón, la tradicional milonga, Carlos Gardel, la pasión en el tango y su vínculo con las carreras de caballos componen un mural que ha trasladado el ritmo del 2×4 hasta las mismas paredes de Buenos Aires. Un homenaje producto de los aerosoles del artista argentino Alfredo Segatori.
Y el homenaje es literal, ya que la obra se alza sobre cuatro muros situados bajo dos puentes de Libertador, una de las avenidas de mayor circulación de la capital argentina.
EFE