El pasado 8 de julio se registró una extraña acumulación de polvo frente a la zona costera del norte Chile. Ese tipo de tormentas de arena no es habitual en el litoral oeste de América del Sur, por lo cual fue considerada como ‘inusual’.
Los vientos en esa región «no contribuyen a desarrollar grandes tormentas de arena, como las que vemos en África del Norte o en Asia», sostuvo Joseph Prospero, un científico atmosférico de la Universidad de Miami (Florida, EE.UU.), citado por la NASA.
Sin embargo, los especialistas han averiguado que esa acumulación de materia sucedió de manera natural. Al parecer, unos fuertes vientos trasladaron esa arena desde una colina elevada que se encuentra en una de las áreas entre los Andes y la costa del Pacífico. «El origen podría estar en una pendiente elevada, que pudo haber permitido que la arena se elevara y viajara a distancias lejanas», ha explicado la NASA.
Asimismo, esa aglomeración podría haberse dado por los vientos catabáticos que se generan «cuando el aire entra en contacto con un suelo frío que está a gran altitud y se congela por la radiación».
Junto con el polvo, esas corrientes llevaron lluvia y nieve, que provocaron el cierre temporal de varios aeropuertos.
DC|Agencias