Siete años después de su sorprendente muerte, el cantante Michael Jackson sigue ocupando titulares a medida que se desvelan nuevos datos sobre su excéntrica vida personal.
De hecho el doctor Conrad Murray -el médico personal del intérprete que fue condenado a cuatro años de prisión por haberle suministrado la dosis letal de Propofol que terminó con su vida- ha vuelto a la palestra mediática con un libro llamado ‘This is It’, como la gira mundial que el cantante nunca inició al fallecer solo unos días antes, en el que narra cómo el rey del pop le confesó que cuando tenía 13 años estuvo inyectándose hormonas para retrasar su pubertad y mantener así su peculiar voz aguda.
«[Michael] empezó a hablar vagamente, parecía que le costaba describir con precisión lo que le había ocurrido. Quizá estaba casi al límite de su liberadora confesión esa noche.»
Precisamente este tipo de procedimiento endocrino es, en opinión del doctor Murray, el motivo principal que explica el estrafalario comportamiento mostrado por el artista en vida y sus extraños cambios físicos.
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