Un grupo de obreros del Hospital General del Sur en Maracaibo están en huelga de “brazos caídos”. No cobran su salario desde el 30 de marzo y se encuentran renuentes a cumplir con sus labores si no le pagan el sueldo y cestaticket de los últimos tres meses.
Mil 800 trabajadores, aún dependiente de cooperativas, de la red hospitalaria en el Zulia están en la misma situación, de los cuales 152 laboran en el hospital Dr. Pedro Iturbe. La promesa de entrar como empleados fijos del Ministerio del Poder Popular de la Salud también se retrasa. En junio debieron estar en la nómina del Gobierno nacional, y ahora les aseguran que será para finales de julio.
Harold Rivas, es obrero de mantenimiento y uno de los afectados. “Lo que hemos hecho en estos meses es endeudarnos para medio comer”, dice el hombre de 34 años, quien lamenta no poder costear la manutención de sus hijos de 12 y 13 años. “Gracias a Dios la mamá de ellos trabaja”.
Rivas va al hospital a cumplir horario. A la 1.00 de la tarde termina su guardia. Desde abril busca “marañas” para “medio ganar algo para la comida”.
Como Rivas, está Alexander Serrano. Su situación es peor que la de su compañero. Su salario es el único ingreso de su familia, que la conforma con su esposa quien padece artritis psoriásica y sus dos hijos de 13 y 15 años.
“Yo dejo de trabajar y no comemos. Al salir de aquí yo tengo hacer algo: cortar matas, pintar casas, trabajar con soldadura; de lo que salga”, dice Serrano, quien además debe comprar “bachaqueado” la caja de Prednisona que toma su esposa de por vida. “Su precio es de seis bolívares y la compro hasta en Bs. 2.500, y me dura 15 días”.
La protesta del grupo de trabajadores afecta las áreas de saneamiento, mantenimiento y enfermería. Son los empleados fijos los que suplen a las labores de los huelguistas.
DC|EP