A continuación cinco circunstancias cuando conviene correr más lento:
1. Cuando realizas un descanso activo con una caminata. Prueba una sesión de caminata a la semana que te ayudará a recuperar de un trabajo más intenso.
2. Cuando tu plan indica que realices una carrera suave. El trote ligero o suave es aquel en el que corres por encima de 60% de tu máximo ritmo cardíaco, pero a un paso al que puedas sostener una conversación y sentirte cómodo. Por esto se le denomina también carrera social. No caigas en la tentación de correr duro ese día.
3. Cuando calientas al comenzar un entrenamiento o carrera. Siempre calienta adecuadamente antes de comenzar tu entrenamiento o una competición. Comienza con un trote muy suave durante 10 o 15 minutos para entrar en calor.
4. Cuando corres tu primer kilómetro en una competición. El primer kilómetro de una carrera puedes correrlo más lento, pero nunca más rápido que el paso promedio que deseas mantener en la competición.
5. Cuando aplicas la regla del fuerte-suave. Esta regla consiste en alternar sesiones de entrenamientos exigentes con los trotes suaves de recuperación. Es decir, nunca realices trabajos de alta intensidad en días seguidos.
Correr suave ofrece grandes beneficios para tu entrenamiento.
DC|Estampas