El pasado martes 9 de Agosto, el poder electoral de Venezuela (C.N.E) anunció que la recolección de cuatro millones de firmas necesarias para convocar a un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, se llevaría a cabo hacia finales de Octubre, si se cumpliesen todos los requisitos establecidos en la norma.
Debo admitir, que me cuento entre los venezolanos que hemos asumido una actitud escéptica ante este posible escenario, conducta que es producto de la falta de institucionalidad que existe en el país y también porque todo proceso que dependa del gobierno está condenado al más rotundo fracaso. Entre esos procesos está el Referendo Revocatorio cuya organización depende del C.N.E.
Por otra parte, ha sido público, notorio y comunicacional, las declaraciones de Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, figuras emblemáticas del partido de gobierno, quienes en reiteradas ocasiones han dicho que no habrá revocatorio ni en el 2016, ni en el 2017.
No pretendo ser aguafiestas con mi precepción. Ojalá esté equivocado, pero razono mis dudas en base a la ruptura del Estado de Derecho que desde hace 17 años se viene produciendo en Venezuela y a la violación sistemática de los derechos constitucionales, la desaparición de la división de poderes y la utilización del poder judicial como una herramienta más de los objetivos políticos de un régimen contra la mayoría de la población.
Por lo antes expuesto y por la operación morrocoy que está en marcha, me identifico con la propuesta del Diputado a la Asamblea Nacional Luis Florido, quien sostiene que si el oficialismo bloquea el revocatorio, la Asamblea Nacional puede convocar una Constituyente con la fuerza de 112 diputados que conforman el bloque opositor.
Pero veamos a continuación ¿ En qué consiste un proceso constituyente?
Una Constituyente se convoca para hacer una Constitución, para redactar un documento que sirva como el pacto social que nos debe unir a todos los venezolanos. Allí se establece la sociedad que queremos y las normas de convivencia a las que nos comprometemos.
Hoy Venezuela como sociedad no tiene viabilidad. Los síntomas de un deterioro total son evidentes en todos los sentidos. La crísis económica ya se ha tornado en una gran crísis social y hasta humanitaria, como lo acaba de anunciar el secretario general de la O.N.U Ban Ki Moon. Es visible la desesperación de la población ante el desabastecimiento generalizado, la escasez que crea largas colas en todas las ciudades del país;el aumento de la delincuencia encuentra un clima propicio en el empobrecimiento y creciente desempleo que vive Venezuela. La población ha venido perdiendo la confianza en que el gobierno pueda cumplir sus promesas de garantizar el abastecimiento y por ese motivo ha crecido la frustración.
Como podemos observar, el país necesita salidas y soluciones a los problemas antes mencionados y creemos que llego el momento de convocar a todos los venezolanos de manera masiva y sin distingos de ninguna clase política o económica y construir entre todos la Venezuela del futuro.
Y la vía que tenemos está en la Constitución. Es precisamente un proceso constituyente que algunos avizoran como propuesta alternativa al Referendo Revocatorio, ya que esta opción no necesariamente tiene que pasar por la alcabala del C.N.E.
Así lo establece el artículo 347 de nuestra Carta Magna que ordena lo siguiente: ¨El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución¨.
Así mismo, el artículo 348 contempla que: ¨La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de las dos terceras partes de sus integrantes, los Consejos Municipales en Cabildos, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral¨.
Haciendo un poco de historia, debo aclarar que fue la Constituyente de Chávez en 1999 la que nos trajo a este desastre, pero la misma según los especialistas no fue una Constituyente como tal. Una Constituyente como la de 1999 la hizo el ex presidente Chávez solamente con miembros de su partido de gobierno. De 131 constituyentistas 126 eran del gobierno, apenas 6 pertenecían al bando opositor.
Las consecuencias de que exista una correlación de fuerzas donde la mayoría pertenece a una parcialidad política, es que no se discute el país, no se discuten consensos. Desde Miraflores Chávez indicaba y ordenaba los elementos básicos y fundamentales, y esa es la razón de que la Constitución actual tenga tantas fallas.
Por otro lado, la Constituyente nueva que algunos sectores del país están ofreciendo, propone buscar mucha gente, tanto de un sector como del otro, es decir, que haya pluralidad donde las decisiones se tomen en consenso con dos tercios de los constituyentistas.
Consideremos esta opción como un ¨Plan B¨ por qué de fallar el Referendo Revocatorio por tantas trabas que ha impuesto el gobierno, creemos que es el mejor momento para un proceso constituyente, porque si la de 1999 nos trajo hasta esta situación, es mediante un proceso distinto éticamente concebido y moralmente establecido lo que nos puede sacar de esta dolorosa y trágica realidad en la que nos encontramos.
Los venezolanos reclamamos un cambio radical de nuestra precaria calidad de vida, por tanto, no es solo un cambio de un gobierno por otro, ni de un presidente por otro. Este cambio debe ser estructural, es un clamor nacional que va mucho más allá y por eso queremos soñar con otra Venezuela, más moderna, incluyente, reconciliada y desarrollada. La que en el pasado fue un ejemplo de democracia en el mundo. Si otros países que han pasado por situaciones similares o más caóticas que la venezolana han logrado superarlas ¿Por qué nosotros no? ¡Manos a la obra Venezuela, el que se cansa pierde!
DC / Econ. Asnaldo Soto / asnaldosoto@gmail.com / @econsinsecretos / www.economiasinsecretos.com