Inflación, escasez de productos y caídas de las ventas, ese es el saldo que dejó en la región fronteriza venezolana el cierre de los pasos limítrofes con Colombia que volvieron a abrirse este fin de semana.
«Por un jarabe llegué a pagar 2.000 bolívares (unos 200 dólares y 3,10 dólares según la tasa de cambio más baja y la más alta vigente en el mercado), antes no llegaba a 300 bolívares (unos 30 dólares y 0,46 centavos de dólar), pero lo necesitaba», dijo a Efe Robinson Pérez.
EFE