La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida por un juicio de destitución, afirmó que el país precisa una reforma política y unas nuevas elecciones para superar el desgaste causado por el proceso en su contra. “No es posible tapar el sol con un dedo” aseguró la mandataria, quien afirmó que el “nivel de estrés y desgaste” causado por el juicio político impone un nuevo “pacto democrático basado en el voto popular” y que obliga a anticipar las elecciones previstas para 2018, aunque respetando el mandato que recibió en las urnas y reconociendo su inocencia.
La propuesta de convocar a un plebiscito para que el pueblo decida sobre unas nuevas elecciones fue incluida en una llamada “Carta a los Brasileños”. La mandataria insistió en que si es aprobada su destitución, el país estará frente a una “ruptura democrática”, por lo que insistió en que es necesario consultar a los brasileños sobre su futuro y la posibilidad de adelantar las elecciones.
No obstante aclaró que como presidenta elegida en las urnas, ella debería estar al frente de ese proceso, que tendría que incluir además una reforma política, que tenga entre sus objetivos limitar el número de partidos políticos. “No importa la competencia que tenga o no”, porque “no es posible negociar con treinta partidos” para que sea aprobada una ley en el Congreso, afirmó Rousseff.
DC | EFE