El concepto Estado ha sido objeto de diversas definiciones, sin embargo desde la Ciencia del Derecho, se construye a partir de la conjunción de tres elementos: pueblo, territorio y soberanía. Desde la Ciencia Política el concepto de Estado se centra en la forma de organización jurídico – política por antonomasia, siendo al mismo tiempo, una comunidad política estable que agrupa una población en interacción social; e institución jerárquica fundada sobre impuestos y leyes que regulan a ese grupo humano.
En Venezuela, la noción del Estado se ha conjugado con la función del gobierno y del partido político, el presidente del partido, es el conductor del gobierno y Jefe del Estado; asimismo las castas políticas, familiares y militares, asumen ser los garantes del Estado, y asumen su representación individual, sobre los derechos ciudadanos, un ejemplo de esto se evidencia cuando se dice: la Alcaldesa, el Gobernador, el Presidente dan, becas, sillas de ruedas, casas, etc., ¿quién está dando, el Estado o la persona en particular? y si el aporte lo hace el Estado, el ciudadano tampoco debería ver esto como un regalo, porque existen derechos que están consagrados en la Carta Magna, que favorecen a los ciudadanos.
Sin embargo, ese principio de la esencia democrática, donde cada quien tiene derechos y deberes ante el Estado, no todos los ciudadanos lo tienen claro. El ciudadano suele creer que la figura que representa el Estado le está haciendo un favor y muchos gobernantes que asumen posiciones de Estado, se consideran perpetuos en sus cargos políticos (alcaldes, gobernadores, presidentes) extendiendo su primacía demagógica a sus familiares, confundiendo la democracia, con monarquía.
Por lo tanto, la ciudadanía debe conocer el valor de la democracia, la democracia como principio político, el ciudadano debe entender la esencia de la democracia, por ejemplo el joven que vive en el barrio más paupérrimo de Maracaibo, debe entender y saber que él tiene y debería tener las mismas oportunidades que goza otro joven que viva en la zona más pudiente de la ciudad, y esa es la oportunidad que debe brindarle la democracia, que pueda beneficiar a todos, no solamente a un grupo a una clase social o política, es palabras de Lincoln “la democracia, es del pueblo y para el pueblo”.
Entonces, ¿por qué no funciona la democracia? la respuesta, porque tenemos un Estado que abusa de esa institucionalidad y una clase política y militar que ostentan el poder del Estado y a la cuales no les conviene que el ciudadano común conozca el valor de la democracia.
En Democracia, los gobernantes deben rendir cuentas, propiciar los presupuestos participativos y permitir el acceso a la información, los ciudadanos puedan tener conocimiento sobre la asignación de los recursos presupuestarios, a mayor democracia, habrá mas transparencia y mas ciudadanía, sin embargo los ciudadanos son los grandes ausentes en el diseño de los presupuestos, y en la medida que la participación es menor en los procesos políticos y sociales, la democracia se ve mas debilitada y la corrupción será una constante.
Aunque, el problema recae en el sistema político, consideramos que se requiere mayor participación y concienciación por parte de la ciudadanía ante el rol que le corresponde dentro del mismo sistema, al asumir el papel de contralores sociales, que trasciende el momento electoral, y exigirles a los servidores públicos electos, cumplir con la misión de gestionar de manera eficiente los recursos del Estado, los cuales deberían ser manejados de manera transparentes y responsables a través de indicadores que incluyan la rendición de cuentas, en palabras de Dahl “la transparencia y la rendición de cuentas juegan un papel fundamental para conformar una sociedad participativa, que presione a sus elites, permita su renovación y cambie a sus gobernantes mediante mecanismos electorales y consensuales”.
Finalmente, al concebir la democracia como un modelo muy concreto de Estado, no puede pretender la clase política que nos gobierna, transfigurar la esencia del sistema democrático, la democracia representa entre otras cosas, oportunidades para todos, elecciones libres e imparciales, libertad de expresión, rendición de cuentas, instituciones independientes, gobiernos eficientes y progreso, ese debe ser el valor de la democracia.
DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia