Japón llega a la Grand Place de Bruselas para protagonizar la vigésima edición del tapiz de flores, que conmemora el 150 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Bélgica y el país asiático, y por primera vez cuenta con la participación en su montaje de alfombristas españoles.
En torno a 600.000 begonias, dalias, hierbas y cortezas de madera tintadas se extienden desde hoy hasta el próximo 15 de agosto en un espacio de 75 metros de largo por 24 de ancho para configurar un diseño de 1.800 metros cuadrados inspirado en las representaciones japonesas de la naturaleza.
«Se trata de un concepto de diseño tradicional para hablar sobre la naturaleza a partir de cuatro elementos o ‘Kanji’ como son las flores, los pájaros, el viento y la luna», explicó a Efe la diseñadora de la alfombra, la japonesa Fujie Suzuki.
En efecto, un ave que vuela frente a la luna domina el centro de la alfombra floral, en cuya creación también ha participado el artista gráfico belga Mark Schautteet y que se puede contemplar en su totalidad desde el balcón del Ayuntamiento de Bruselas si se abonan cinco euros.
Además, durante la noche de hoy tendrá lugar la inauguración oficial del tapiz con un espectáculo de luz y sonido acompañado de la opera italiana «Madame Butterfly», del compositor italiano Giacomo Puccini.
Junto con la labor de diseño, también resulta fundamental el propio montaje de la alfombra, en el que han intervenido 140 voluntarios belgas, japoneses y catalanes, pues se trata del primer año en que se ha permitido la participación de alfombristas extranjeros.
«Los compañeros alfombristas de Bruselas necesitaban color lila y color azul, ya que las begonias no tienen esos tonos, se pusieron en contacto con la Federació Catalana de Catifaires para que les enseñáramos cómo funcionaba el tintaje y finalmente nos encargaron el tintado de todo el lila y azul de la alfombra», indicó a Efe la presidenta de la asociación española, Vicenta Pallarès.
La propia Pallarès destacó el duro y largo proceso de trabajo para conseguir el tintaje, si bien recalcó que la disposición de las flores en la plaza resulta sencilla por el gran tamaño de las figuras y la buena organización.
«Todo está organizado, ya que cada caja de flor lleva su número y cada número está en la alfombra», precisó Pallarès.
No obstante, el adjunto al alcalde de Bruselas encargado de Turismo, Philippe Close, consideró que el dibujo de 2016 presenta mayor complejidad que en otras ediciones debido a sus formas «más precisas y menos abstractas».
Junto con la celebración de los 150 años de relaciones diplomáticas entre Bélgica y Japón, Close explicó que la alfombra también es una oportunidad para la industria floral belga.
«Bélgica es el principal exportador mundial de begonias y la alfombra pone de relieve esta industria que genera mucho empleo y dinamiza la economía gracias a la bella imagen que proporciona a Bruselas y su turismo», comentó el político belga.
Más allá de los beneficios económicos de la propuesta, la iniciativa pretende destacar la historia de amistad entre Bélgica y Japón, que comenzó el 1 de agosto de 1866 con la firma del tratado de Amistad, Comercio y Navegación.
De hecho, Bélgica es el noveno país con el que el país asiático estableció relaciones diplomáticas, solo dos años antes de hacer lo propio con España.
«La relación entre los dos países ha sido muy positiva y compartimos muchos aspectos, como la hospitalidad con los extranjeros y la buena cocina» aseguró a Efe el embajador de Japón en Bélgica, Masafumi Ishii.
El diplomático también señalo que ambos estados se caracterizan por la búsqueda de compromisos y soluciones, así como por su flexibilidad y su aprecio hacia la naturaleza.
Asimismo, mostró sus esperanzas de firmar el acuerdo de asociación económica con la Unión Europea a finales de año, mientras que sobre la posible abdicación del emperador Akihito afirmó que hace falta tiempo para tomar una decisión.
EFE