En solo unos años se ha creado toda una farándula de odio al hidrato de carbono que, en cambio, es totalmente injusta para este tipo de alimento. La clave está en aprovechar las distintas propiedades de los alimentos, combinándolos para ponerlos todos al servicio de nuestra salud.
Los carbohidratos pueden ser los alimentos saludables con peor fama; la mayoría de las dietas adelgazantes los destierran del menú y algunos métodos alimenticios más populares, como la dieta Paleo, también tienden a dejarlos a un lado.
Para conocer en qué nos puede ayudar cada alimento y lanzarse a la ingesta inteligente, vamos analizar los mejores hidratos de carbono.
1. Centeno
Este cereal, muy popular por ser panificable, contiene proteínas, y vitaminas de los tipos A y B, encargadas de la transformación de los nutrientes en energía y que además mantienen la piel en un estado saludable. Es también una buena fuente de minerales, como sodio o potasio, lo que supone un aporte de energía para nuestro cuerpo.
Mantiene la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que ayuda a depurar la sangre y a controlar los niveles de colesterol. Así es como este alimento nos ayuda a alejar las enfermedades cardiovasculares.
Además, su contundencia ayuda a que nos sintamos saciados, de manera que comeremos un poco menos, y evitaremos la necesidad de picar entre horas, así que si se quiere perder peso, también es una opción.
2. Arroz integral
Aunque parezca mentira, un buen aliado en nuestra alimentación. También contiene vitaminas A y B, y un muy bajo contenido en grasa.
Es rico en magnesio, uno de los minerales que más abundan en nuestro cuerpo, encargado de aportar energía, mantener sanos los huesos y de favorecer la relajación muscular. Si practicas deporte con regularidad, ayudará a evitar lesiones y a emprender el ejercicio con energía.
Mientras que el arroz refinado, blanco, puede provocar estreñimiento, el integral, con el grano entero, es rico en fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal.
Por si fuera poco, diversos estudios, como el publicado en 2010 en Archives of Internal Medicine, concluyen que el arroz integral reduce el riesgo de diabetes tipo 2.
La transición del arroz blanco a este no puede ser más fácil de cumplir; se encuentra en cualquier supermercado y no contiene gluten.
3. Quinoa
Posee un alto contenido en proteínas, y ácidos Omega 6 y Omega 3 y minerales que aportarán una buena dosis de energía, como potasio, magnesio, calcio, fósforo y zinc. Orientadas a la misma función están las vitaminas del tipo B, y la Vitamina E la convierte en un buen antioxidante.
Igual que los anteriores, sus hidratos de absorción lenta (de bajo índice glucémico) regulan el azúcar en sangre y los niveles de colesterol, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Ademas de todo ello, evitará que tengamos hambre entre horas, y es una estupenda opción como fuente de hierro para personas vegetarianas o veganas.
La quinoa es un alimento muy versátil que podremos incluir en nuestra dieta, ya sea como guarnición, con verduras salteadas o en ensalada, por ejemplo.
4. Avena
Las civilizaciones antiguas ya conocían las propiedades energéticas de este cereal, con un alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales como magnesio, zinc, calcio y hierro.
Ayuda a mantener los niveles de colesterol gracias a sus aminoácidos y a su aporte de Omega 3.
Sus hidratos de carbono son de absorción lenta, lo que significa que su energía se irá liberando poco a poco en nuestro organismo, y resultan de este modo saciantes por más tiempo. Este mismo principio ayuda a evitar cambios bruscos en los niveles de azúcar, ya que su aporte energético es más sostenido.
5. Kamut
Quizá el más desconocido, este cereal es un tipo de trigo que, pese a estar ahora en pleno auge, es de los más antiguos que se conocen. Su sabor es algo dulce, hay quien dice que parecido a la nuez, y contiene gran cantidad de proteínas, oligoelementos y vitaminas de los grupos E y B, aunque, en este caso, no es apto para celíacos.
Contiene calcio, hierro, magnesio, potasio y selenio, este último un potente antioxidante. El zinc lo hace un buen alimento para la prevención de enfermedades en los huesos, como la osteoporosis, y también es uno de esos alimentos de bajo índice glucémico, que nos aportará la energía que necesitamos durante el día.
Como sugerencia, se puede utilizar para hacer pan, gachas o en ensalada.
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