Exhaustos bomberos continuaban el jueves combatiendo el abrasador incendio en el este de Los Ángeles que producía tornados de fuego («firenadoes»), obligando a evacuar a más de 82.000 personas y a declarar el estado de emergencia.
Casi 1.600 bomberos enfrentaban las llamas, habiendo contenido solamente un 4% del gigantesco incendio, según un portavoz del servicio.
Dramáticas imágenes de cadenas locales tomadas en el frente del incendio, cerca de la localidad de Phelan, mostraban llamas en forma de tornado, conocidas como «firenadoes», subiendo en el aire y devorando todo lo que encontraban a su paso.
Las condiciones climáticas no ayudan: las autoridades prevén para las próximas horas que sigan las altas temperaturas, los terrenos continúen áridos y sople una brisa caliente.
«Hay una maleza muy, muy seca, que es muy combustible», dijo a la AFP la portavoz del cuerpo de bomberos de California (Cal Fire), Lynne Tolmachoff.
«Es muy peligroso para la gente y también para los bomberos», advirtió.
El Servicio Forestal estadounidense (USFS, en inglés) señaló de su parte que «el incendio sigue extendiéndose y el viento se está haciendo fuerte».
Dos bomberos resultaron heridos mientras trabajaban en las labores de extinción, pero pudieron volver a primer línea tras ser atendidos en un hospital local.
El gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado de emergencia en el condado de San Bernardino, situado a unos 100 kilómetros al este de Los Ángeles, donde el incendio bautizado como BlueCut ganaba terreno rápidamente.
Esa medida permite movilizar a todas las agencias gubernamentales californianas para luchar contra los incendios.
El fuego se inició alrededor de las 10H30 locales del martes (17H30 GMT) y este miércoles había consumido más de 12.000 hectáreas, según el sitio oficial Inciweb, que indicó que unas 34.500 viviendas están amenazadas, por lo que 82.640 personas fueron evacuadas.
«Se mueve muy deprisa»
«Hemos evacuado a toda la comunidad», dijo a la AFP Mike Anderson, un bombero venido de Redding, una de las tantas poblaciones cercanas que han enviado efectivos para apoyar las tareas de extinción.
«Se mueve muy deprisa a lo largo de la autopista 138», agregó.
Las autoridades lamentan sin embargo que muchos vecinos se han negado a dejar sus casas (en California no se puede forzar a una persona a dejar su domicilio).
«Intentamos decirle a la gente que no hay nada que tenga tanto valor en sus casas como sus vidas», insiste la portavoz de USFS, Chon Bribiescas.
En una gasolinera situada en Pinon Hills, a unos 15 kilómetros al noroeste del incendio, Jeannine Yglesia se compra un helado acompañada de su hijo.
«Tengo acogidas 17 o 18 personas en mi casa, son amigos y sus familias que han tenido que dejar sus viviendas», explica a la AFP.
«No pueden regresar y no saben nada de su casa», cuenta, antes de responder al teléfono.
«¡Me tengo que ir! Mi hija me acaba de decir que también nos evacuan», dice con prisas.
Gail Nieto ya sabe lo que es dejar su hogar. Lo tuvo que hacer la noche anterior y por ahora se queda con unos conocidos.
Es la cuarta vez en 30 años que pasa por esta situación, «pero nunca había visto un incendio que se propagara tan rápido», señala mientras compra algo de comida.
La cafetería Summit Inn, un lugar legendario en la famosa Ruta 66 donde se han parado celebridades como Elvis Presley y Clint Eastwood, fue consumida por el torrente de llamas, de acuerdo con el diario Los Angeles Times.
El fuego representa «una amenaza inmediata para el gran público, el tráfico ferroviario y las viviendas (…) de los alrededores», sostuvo Inciweb.
Las autoridades han puesto en marcha dos centros de acogida y cuatro refugios para animales.
Varias rutas y calles de la zona estaban cerradas, al igual que el centro de esquí de alta montaña en Wrightwood, que en temporada veraniega recibe turistas que practican senderismo y otras actividades al aire libre.
Sin embargo, «hay gente que decide no evacuar», aseguró Tolmachoff. «Causan problemas».
Temporada de incendios
En plena temporada de incendios, California también está luchando por apagar otros fuegos, como el que se desató el sábado a unos 170 km al norte de San Francisco, que ya quemó más de 1.600 hectáreas.
El denominado incendio Clayton destruyó más de 175 construcciones, y pese a que los 1.700 efectivos lograron controlarlo en un 35%, sus llamas avanzan hacia el norte, dijo Cal Fire.
En la zona vitivinícola del centro de California, el incendio Chimney, que apenas fue controlado en un 20%, ya quemó unas 2.700 hectáreas cerca de la ciudad de San Luis Obispo y destruyó unas 40 edificaciones desde que se desató el sábado.
En la pintoresca zona costera de Big Sur, el incendio Soberanes, que abrasó más de 30.000 hectáreas, estaba controlado en un 60%.
Veintidós incendios de envergadura están actualmente activos en el oeste de Estados Unidos. Entre ellos, hay seis en California, cuatro en Wyoming, tres en Colorado y tres en Montana, según el Centro Nacional de Interagencias de Incendios.