Las colecciones primavera verano de 2017 de Carolina Herrera y Oscar de la Renta, el último y nuevo destino de los diseñadores Fernando García y Laura Kim, dieron una lección de estilo y elegancia sobre la pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York.
Desde la Frick Gallery del Upper East Side, en un patio interior idílico que teletransportaba muy lejos de la Gran Manzana, Carolina Herrera volvió a demostrar porqué la venezolana está considerada como una de las reinas de la elegancia.
Lo hizo por última vez con la colaboración de la pareja de diseñadores que forman Fernando García, dominicano de madre española, y su socia Laura Kim, nombrados hace pocos días codirectores creativos de Oscar de la Renta, la firma que los cobijo en sus inicios.
De la nueva colección destaca que el «denim», denostado tanto tiempo a la informalidad, apareció como uno de los tejidos estrella sobre la pasarela, demostrándose así que el buen hacer de un diseño impecable es la base de la elegancia y que un buen tejido sin estructura ni maestría no brilla por si solo.
Carolina Herrera volvió a confiar en el elegante binomio blanco y negro en trajes de falda y chaqueta y en vestidos camiseros, entre los que destacaron los de estampado gingham. También se vieron sus icónicos vestidos wrap de noche con escote halter, así como influencias futuristas con tejidos metalizados en vestidos con cinturones que imitan a las gabardinas.
DC|MD