El tema que se ha debatido por mucho tiempo, si los funcionarios del gobierno venezolano están profundamente involucrados en el tráfico ilegal de drogas, está a punto de ser llevado a los tribunales federales de Estados Unidos.
El jueves, se espera que varios informantes federales testifiquen ante un juez de distrito en Nueva York que dos sobrinos de la poderosa primera dama de Venezuela confesaron haber entrado de contrabando 800 kilogramos – más de tres cuartos de tonelada – de cocaína en Estados Unidos.
Efraín Campo Flores, de 29 años, y Francisco Flores de Freitas, de 30, arrestados durante una operación encubierta en Haití, están tratando de suprimir sus supuestas confesiones. Ellos alegan que agentes federales no les dieron a conocer sus derechos y destruyeron evidencia que los hubiera ayudado en el caso.
Este es el capítulo más reciente en un notorio caso que según expertos vincula más profundamente a la élite política de la República Bolivariana de Venezuela al narcotráfico.
“Está bastante claro que, ya sea que estén envueltos implícitamente de forma pasiva o activa, ‘boligarcas’ de alto nivel y fuertes conexiones están conectados al tráfico ilícito de drogas”, dijo Brian Fonseca, director del Instituto Gordon de Política Pública de la Universidad Internacional de la Florida, usando un sobrenombre por el que se conoce a los poderosos de Venezuela.
El mes pasado, el general venezolano Néstor Reverol fue encausado en Estados Unidos de cargos de aceptar sobornos por avisar de las redadas a traficantes de cocaína. La fiscalía federal sostiene además que él permitió la salida de cargamentos de cocaína de Venezuela y que devolvió a traficantes dinero confiscado de la droga a los narcotraficantes.
Al día siguiente, el presidente Nicolás Maduro nombró a Reverol ministro de Justicia de Venezuela. Maduro dijo que los cargos de droga de EEUU no eran más que una conspiración.
Al menos dos informantes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en el caso de los sobrinos fueron asesinados después de los arrestos, de acuerdo con documentos judiciales y el testimonio personal de personas familiarizadas con la situación.
La tía de los dos hombres y esposa de Maduro, Cilia Flores, es una abogada e influyente diputada, así como ex presidenta de la Asamblea Nacional. Ella fue además la abogada del entonces encarcelado Hugo Chávez antes de que este asumiera la presidencia y encabezara una revolución socialista en Venezuela.
El arresto de los sobrinos de Flores tuvo lugar en un momento en que el gobierno de Maduro está batallando para mantenerse en el poder durante una crisis humanitaria y económica marcada por la escasez general de alimentos y medicinas. Más de un millón de personas se reunieron en el centro de Caracas la semana pasada en una manifestación exigiendo su partida.
De acuerdo con documentos judiciales, Campo dijo que ellos planeaban recibir la cocaína de manos de rebeldes colombianos. Al preguntarle por qué se había involucrado en el negocio, Flores dijo: “Para hacer dinero”. Flores dijo que el negocio tenía un valor total de $5 millones, de los que él esperaba recibir $560,000.
“Campo declaró además que él podía haber sacado muy fácilmente las drogas del aeropuerto debido a quién él es, y debido al acceso al aeropuerto que tiene”, escribieron agentes de la DEA en un informe detallando la supuesta confesión. El aeropuerto al que se refieren es el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar International en Maiquetía, en las afueras de Caracas.
Un abogado de Campo no respondió a una solicitud de que comentara al respecto.
De acuerdo con los documentos, Flores dijo que los guardaespaldas de ellos dos sabían del supuesto cargamento de drogas y los iban a ayudar a cargar las drogas, pero que fuera de ahí ellos estaban actuando por su cuenta. Campo dijo que si él decía a alguien en su familia lo que estaba haciendo “lo iban a matar”.
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