La verdad es que no tienen muchos fanáticos, pero lo cierto es que las coles de bruselas se les considera un “súper alimento”, gracias a la fibra, carotenos, vitaminas y minerales que poseen. Es uno de los vegetales más recomendados por nutricionistas, tanto si estás a dieta o si solo quieres seguir un régimen saludable, porque incluso protegen el sistema digestivo contra el cáncer.
Ahora bien, elegir y cocinar las coles de bruselas sin que se pasen tiene su arte, y lo bueno es que es simple y rápido. ¡Toma nota!
1. Cuando vayas a comprarlas
En lo primero que debes fijarte es en su color. Las coles tienen, al igual que el repollo o la lechuga, deben ser de un verde intenso y estar firmes; descarta las que se vean amarillentas o tengas las hojas abiertas, dos signos de que no están frescas.
2. Puntilla
Después hay que pelarlas, eliminando las primeras hojas con las manos. Con un cuchillo afilado -mejor si es una puntilla- corta la parte más dura de la raíz, y luego córtalas en mitades si no quieres servirlas enteras.
3. Tiempo en remojo
Seguidamente procede a lavarlas con abundante agua y, para eliminar los restos de tierra o larvas que puedan quedarles, echa las coles de bruselas en un recipiente y agrega vinagre blanco. Déjalas por unos 10 minutos, luego escúrrelas.
4. Sigue la receta
Las coles de bruselas son bastante versátiles, así que las puedes preparar hervidas, que es la forma más usual; asadas, con unas gotas de aceite de oliva y pizca de sal; o también salteadas para darles un toque crocante. Las puedes mezclar con otros vegetales o hierba aromáticas para que se integren a ensaladas, antipastos o sean guarniciones de carnes horneadas.
¡Anímate a probarlas!
DC | Eme