Cagney Wenk fue diagnósticado de cáncer en el cerebro apenas tres semanas antes del nacimiento de Levon, su bebé recién nacido. Nadie creía que aguantaría para verlo nacer. Sin embargo, contra todos los pronósticos, estuvo en el parto y conmovió a todos.
El corazón de este padre fue más fuerte que cualquier enfermedad. Todo comenzó cuando Jessica Li acompañó a su marido Cagney al Hospital Boulder Community de Colorado. Ahí recibieron la peor noticia: sufría un cáncer en estado muy avanzado y agresivo. Le dijeron que probablemente no llegaría a conocer a su hijo.
El joven papá, de apenas 26 años, fue sometido a una biopsia, una craneotomía, quimioterapia y rayos para aliviar el dolor.
El 18 de septiembre por la noche las enfermeras de terapia intensiva tomaron una decisión insólita: lo llevaron al lugar donde nacería su hijo.
Además, se pusieron en contacto con Now I Lay Me Down To Sleep (Ahora Me Acuesto a Dormir), una ONG que trabaja por los padres que pierden a sus bebés. Sarah Boccolucci, de la institución, decidió hacer un mini documental.
El resultado fue un conmovedor vídeo que quedará guardado para que Levon nunca olvide la alegría que tuvo su padre al darle la bienvenida al mundo.