Desde la explanada de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo, se celebró la tradicional bajada de la sacrosanta y venerada imagen de la Patrona de Oriente y de la Armada Venezolana, ante la mirada de miles de devotos.
En un emotivo y sublime acto de fe católica, presidido por el obispo de la Diócesis de Margarita, monseñor Fernando Castro Aguayo, los devotos entre lágrimas de alegría y un estruendoso aplauso recibieron a las puertas de la iglesia la imagen de la madre de Dios, que desde este 1 de septiembre se encuentra aún más cerca de su pueblo, para interceder por los fieles ante Dios.
Durante la santa misa pontifical, a la que acudieron miles de feligreses así como autoridades regionales, el obispo expresó que la bajada de la imagen de la Virgen Marinera es un símbolo de cómo el mismo Padre desciende y se pone a la altura de su pueblo, para escucharlo y atender sus necesidades.
Monseñor Castro Aguayo, quien por primera vez preside el acto de la bajada de la Virgen del Valle, dio dos mensajes durante su homilía, resaltando que, pese a que la devoción por la excelsa patrona es permanente, con el fervor efervescente de la proximidad de la natividad de la Virgen del Valle, el 8 de septiembre, es momento para invocar a la Virgen como la madre de la misericordia, para orar por caridad y comprensión, sobre todo cuando se presentan casos de “destrucción de la familia, odio, tanta gente que padece, y que no han tenido oportunidad de ser buenos, que el Señor se apiade de nosotros y que los creyentes tengamos un corazón misericordioso”.
La imagen de la Virgen, que data aproximadamente del año 1530, fue vestida por su camarera, Cecilia Mata, quien destacó que el vestido que luce este año, bordado con hilos de oro y hermosa pedrería, exhibe un diseño alegórico al Ángel Gabriel. La venerada imagen permanecerá en una de las naves de la iglesia en su trono, donde los fieles creyentes podrán acceder hasta el 8 de diciembre.
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