Cientos de inmigrantes de países que Estados Unidos considera una amenaza para su seguridad nacional recibieron la ciudadanía norteamericana en vez de ser deportados debido a un agujero de seguridad.
Un informe publicado hoy por la oficina de inspección general del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) cifra en al menos 858 el número de inmigrantes de “países de interés especial” que fueron naturalizados cuando tendrían que haber sido expulsados por las órdenes de deportación que pesaban sobre ellos.
Cuando las autoridades norteamericanas hablan de “países de interés especial”, se refieren a lugares en los que existe un caldo de cultivo para el terrorismo y a países de origen con altas tasas de fraude inmigratorio.
Los inmigrantes utilizaron nombres y fechas de nacimiento falsos cuando solicitaron la ciudadanía y las autoridades no se dieron cuenta porque las huellas digitales sobre papel que se utilizaban antes de 2008 no estaban archivadas convenientemente. En las bases del FBI también faltaban expedientes con huellas digitales.
“Esta situación dio la posibilidad de obtener los derechos y privilegios de la ciudadanía estadounidense a través del fraude“, manifestó el inspector general, John Roth.
Su oficina advirtió de que unos 148.000 expedientes con huellas de inmigrantes de países de interés especial con órdenes de deportación firmes o que son criminales o fugitivos aún esperan a ser digitalizadas.
Además apuntó que pocas de las personas que obtuvieron la ciudadanía de esta forma han sido investigadas posteriormente. Una de ellas es ahora un agente de la ley y otros tres obtuvieron licencia para trabajar en lugares sensibles para la seguridad en aeropuertos comerciales o instalaciones marítimas y buques.
DC | DPA