La guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pidió perdón por los miles de secuestros que cometió durante el conflicto de más de medio siglo con el Estado colombiano y reiteró su compromiso de no volver a llevar a cabo esta práctica, que buscaba financiar su levantamiento de armas.
Las FARC cerraron en agosto una negociación de casi cuatro años en Cuba con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos para acabar con una confrontación que ha dejado 220.000 muertos y millones de desplazados, informó Reuters.
Como parte del pacto de paz, la guerrilla se comprometió a pedir perdón a las víctimas y a sus familias por los crímenes cometidos y a asumir el compromiso de no repetirlos.
«En esta perspectiva queremos reconocer, con sentimiento de humanidad y reconciliación, que en desenvolvimiento del conflicto las FARC también causamos un gran dolor con la retención de personas por razones económicas», dijo el jefe del equipo negociador de las FARC. Iván Márquez, en un video publicado el domingo en la noche.
«Tal conducta, aunque siempre tuvo el propósito de sustentar las necesidades de la rebelión, terminó lacerando entornos familiares», agregó. Las FARC suspendieron los secuestros extorsivos en febrero del 2012, antes de iniciar la negociación de paz con el Gobierno.
De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1970 y 2010 se registraron en Colombia más de 27.000 secuestros asociados con el conflicto armado, de los cuales las guerrillas fueron responsables de un 90 %.
Las autoridades militares aseguran que las FARC fueron el grupo rebelde que más secuestros cometió para financiar su lucha armada, a los que se sumaron las retenciones de efectivos de las fuerzas armadas y líderes políticos, como la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, para presionar un canje por guerrilleros presos.
El grupo rebelde, que se dispone a abandonar las armas y a convertirse en un partido político, acumuló una enorme fortuna con el secuestro, la extorsión y el narcotráfico, según fuentes de seguridad.
«Siendo el perdón un asunto de la conciencia íntima, nos sumamos al sentimiento colectivo de contrición por el daño que pudiéremos haber causado, pensando siempre que la paz solo será posible si nos juntamos en un mismo sentimiento de patria», concluyó Márquez.
DC | DPA