Más de 1,5 millones de musulmanes procedentes de todo el mundo comenzaron este sábado la peregrinación a la ciudad santa de La Meca o Haj, con una jornada dedicada a la devoción y el rezo, en medio de nuevas medidas de seguridad.
En este primer día, denominado «Al Taruia», los fieles se reunieron en la zona de Mina, a unos siete kilómetros al este de La Meca, donde se han levantado más de 180.000 tiendas, con capacidad para alojar a más de un millón y medio de fieles, explicó Efe.
Los peregrinos, vestidos con ropas sencillas de color blanco sin costuras, dedican esta jornada a rezar, leer y recitar el Corán (libro sagrado del Islam) o a discutir asuntos religiosos, y su propio nombre significa «reflexión» o «saciar la sed», porque antiguamente había manantiales en la zona.
Esta noche, los peregrinos permanecerán en esta área antes de dirigirse entre la madrugada y el mediodía de mañana, domingo, al monte Arafat, a unos 20 kilómetros al este de Mina, donde tiene lugar el rito más destacado del Haj.
Los fieles llevan consigo todo lo necesario para subir y permanecer en el monte Arafat, donde la tradición musulmana relata que el profeta Mahoma pronunció su último sermón hace 14 siglos.
Mañana, tras la puesta del sol, se dirigirán a la localidad de Muzdalifa, donde pasarán la noche y recogerán guijarros, con los que lapidarán las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo, ritual que arranca en el primer día del «Aid al Adha» o Fiesta del Sacrificio y se prolonga durante cuatro jornadas.
El Aid al Adha se celebra este año el 12 de septiembre y, una vez cumplidos los rituales estrictamente religiosos, los fieles degollarán un cordero para marcar esta festividad, la más destacada del Islam.
Finalmente, acudirán a la Gran Mezquita de La Meca para completar el Haj dando vueltas a la Kaaba, en la que se encuentra la piedra negra que los musulmanes consideran un pedazo del paraíso.
Este año, las autoridades saudíes han establecido severas normas de seguridad y vigilancia para evitar que se repita una tragedia como la del año pasado, cuando cerca de 2.000 peregrinos fallecieron en una estampida.
El portavoz del Ministerio de Interior saudí, coronel Mansur al Turki, afirmó hoy que la labor de las fuerzas de seguridad es facilitar el cumplimiento de los ritos del Haj y que cualquier peregrino que venga con otro objetivo será «controlado» por la policía.
Informó de que la gran mayoría de los devotos ya ha llegado a Mina para pasar «Al Taruia» y que en este primer día el movimiento se ha desarrollado de manera normal y fluida.
Según cifras difundidas por la agencia oficial de noticias saudí SPA, en 2016 realizan la peregrinación un 3,8% menos de personas que el anterior, más de 52.000 fieles menos respecto a 2015.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad indicó que sus centros han atendido a 9.895 peregrinos, con más de veinte operaciones cardiacas y 171 personas que necesitaron primeros auxilios.
Los hospitales en toda el área de la peregrinación cuentan con alrededor de 5.000 camas (500 destinadas a cuidados intensivos y 550 a urgencias), además de 26.000 trabajadores entre médicos, enfermeras y trabajadores sanitarios.
Asimismo, Sanidad contrató a 420 traductores de más de 67 lenguas para facilitar la comunicación entre el personal médico y los pacientes.
Por su parte, el portavoz de la Media Luna Roja saudí, Bandar Barhim, destacó que cuentan con 2.530 trabajadores, entre ellos 1.932 médicos y técnicos,y una flota moderna de ambulancias totalmente equipadas, así como once helicópteros medicalizados.
Medidas de seguridad
La Defensa Civil también ha movilizado a más de 17.000 miembros, que contarán con unos 3.700 equipos electrónicos, así como con la ayuda de numerosos voluntarios.
Este ente estatal ha delimitado trayectos e instalado puertas electrónicas para controlar la muchedumbre de peregrinos que se dirigirá a lanzar los guijarros contra Satanás, donde el año pasado se produjo la mortal estampida.
La avalancha de 2015 tuvo lugar por el aumento en el flujo de peregrinos y la entrada repentina de muchos de ellos hacia el área donde se realiza ese ritual, explicó la Defensa Civil en aquel momento.
Al menos 1.757 peregrinos fallecieron, según cálculos, y Arabia Saudí responsabilizó de la desgracia a un grupo numeroso de iraníes, que supuestamente realizaban una marcha en sentido contrario al de los demás peregrinos.
Desde entonces, la tensión ha permanecido elevada entre Riad y Teherán, sin que se haya llegado a un acuerdo este año para que los peregrinos iraníes puedan acudir a La Meca.
La peregrinación es uno de los cinco pilares del islam, junto a la «shahada» (profesión de fe), la limosna, la oración y el ayuno en el mes de Ramadán.
La gran peregrinación a La Meca, llamada Haj, es uno de los cinco pilares del Islam, que todo fiel debe cumplir al menos una vez en su vida, si tiene los medios para ello.
«He conseguido reunir el dinero necesario» para el viaje y «es magnífico estar aquí», se felicitaba Mohamed Hasan, peregrino de 28 años procedente de Egipto, destacó AFP.
Este año, los saudíes han empezado a equipar a los fieles con pulseras identificativas en caso de avalancha o pérdida de conciencia por cualquier motivo. En efecto la identificación de las víctimas en 2015 había sido muy difícil y los gobiernos denunciaron la confusión que reinó en esos momentos.
Sin embargo, no se sabe cuál es la proporción de personas dotadas este año con estos brazaletes.
Abdelatti Abu Zayan, peregrino libio de 44 años, se declaró confiado en la organización saudí, tras haber asistido a la oración del viernes en la Gran Mezquita de La Meca.
«Fue un sentimiento increíble, millones de personas vinieron a rezar a la mezquita y, gracias a Dios, todo transcurrió bien», explicó.
Por su parte, Nasser Benfitah, un peregrino marroquí de 54 años, declaró que tenía «mucha suerte de estar aquí, y hacer mi hach en muy buenas condiciones, todo está bien organizado».
Haj sin iraníes
«Estamos preparados para todo lo que pueda pasar», afirmó por su parte, con una sonrisa, Hawa Shemsia, una nigeriana de 27 años. «He oído hablar (sobre la estampida de 2015) pero eso no me impidió venir», añadió.
Este año, ningún peregrino de Irán acudirá a La Meca. Es la primera vez en tres décadas que esto sucede. De los 60.000 fieles que vinieron en 2015 más de 460 perecieron en la estampida lo que provocó la cólera de Teherán, que mantiene muy tensas relaciones con Arabia Saudí, su gran rival sunita de la región.
El viernes, miles de iraníes se manifestaron en Teherán contra Arabia Saudí por su exclusión del Haj, proclamando que es algo que «no perdonarían jamás». Ello se produjo tras el fracaso de las negociaciones entre las dos potencias rivales respecto a la participación de los iraníes en la peregrinación.
Esta situación ha generado una dura escalada de acusaciones. El guía supremo iraní, Ali Jamenei, dijo que la familia real saudí «no merece administrar los lugares santos» del Islam. Los iraníes «no son musulmanes», respondió a su vez el gran muftí saudí.
El sábado, un diario saudí, Okaz, anunció que, por primera vez en 35 años, este muftí no pronunciaría su sermón el domingo desde la mezquita del monte Arafat «por razones de salud».
DC | EFE