El presidente de Brasil, Michel Temer, que se reafirmó ayer en la jefatura del Estado de su país tras concluir el proceso de impugnación a Dilma Roussef, conversó hoy en la ciudad de Hangzhou con su homólogo chino, Xi Jinping, el primer mandatario con el que se reúne tras afianzarse en el cargo.
Temer, que aterrizó esta mañana en Shangai, donde encabezó varias actividades de promoción comercial y de atracción de inversión china a Brasil, se desplazó después a Hangzhou, a 170 kilómetros de distancia, donde se celebra este fin de semana la primera cumbre del G20 organizada por China.
Allí mantuvo un encuentro bilateral con su anfitrión, Xi, con quien coincidió en la voluntad política de fortalecer la cooperación y profundizar en la actual alianza estratégica exhaustiva que ya existe entre ambos países.
En ese sentido, Temer incidió en varios temas comerciales, como la intención de Brasil de introducir soja genéticamente modificada en el mercado chino, la apertura de nuevas oportunidades para la venta de carne brasileña en la segunda economía mundial y la posible captación de inversión china en transporte y energía.
También subrayó la intención mutua de incrementar los intercambios comerciales, en un momento álgido para la relación bilateral, ya que China es desde 2009 el principal socio comercial de Brasil, aunque el país sudamericano aspira ahora a aumentar el valor añadido de sus exportaciones a su aliado asiático.
Antes de su encuentro con el presidente chino, Temer mantuvo también esta mañana, a su llegada a Shangai, una reunión con 17 empresarios brasileños con presencia destacada en el gigante asiático.
A continuación se entrevistó con Yang Xiong, el alcalde de esta ciudad que, además de ser la capital económica y comercial de China, alberga el mayor puerto mercante del mundo por movimiento de contenedores.
Sus actividades de hoy en Shangai concluyeron con la clausura de un Seminario Empresarial de Alto Nivel Brasil-China, con cerca de 200 participantes registrados, en representación de firmas de ambos países, centrado sobre todo en proyectos de infraestructuras, agricultura y cooperación industrial y tecnológica.
En ese foro Temer aseguró que, a pesar de haber contado con un Gobierno interino, encabezado por él mismo, en los últimos meses «las expectativas de los agentes económicos (de Brasil) mejoraron, la confianza (en su estabilidad jurídica y económica) fue restablecida y los indicadores comienzan a recuperarse».
Sobre la relación estratégica de Brasil con China, Temer prometió que su Gobierno será para Pekín y sus empresas «un aliado que comprende la importancia del sector privado para la economía nacional», que «vela por la salud financiera del país» y por que en los negocios existan unas «reglas adecuadas y previsibles».
En el marco del G20, Temer tiene previsto reunirse también con los demás países del grupo BRICS, que además de Brasil incluye a Rusia, la India, China y Sudáfrica.
La octava cumbre anual del G20, cuyos países acaparan el 85 % del PIB mundial y el 75 % de la población del planeta, se celebrará en la ciudad china de Hangzhou el domingo y el lunes próximos, 4 y 5 de septiembre, y será la mayor reunión de líderes políticos mundiales jamás organizada por China hasta la fecha.
DC | EFE