Momentos antes de que agentes armados y enmascarados irrumpieran en el hotel haitiano para arrestarlo, el sobrino de la Primera Dama de Venezuela dijo a un informante confidencial que iba a usar sus ganancias de una transacción de drogas de $20 millones para ayudar a la campaña congresional de “su madre”, de acuerdo con el informante.
Efraín Campo, de 29 años, quien conjuntamente con su primo Francisco Flores, de 30, ha sido encausado por conspiración para el contrabando de 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos, admite en documentos judiciales que vivía con la poderosa primera dama, Cilia Flores, y presumiblemente Nicolás Maduro, el actual gobernante de Venezuela. En señal de sus estrechas relaciones con su familia, Campo se refiere a sí mismo como “hijo adoptivo” de la primera dama.
Las estrechas relaciones del acusado y la familia gobernante han sido una de las subtramas más dramáticas en el complejo caso de narcotráfico que ha hecho aún más tensas las ya difíciles relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela. Cilia Flores, abogada y líder de la Asamblea Nacional venezolana, acusó a los agentes estadounidenses de haber secuestrado a sus sobrinos.
La defensa ha tratado de presentar a Campo y a su primo como víctimas de una conspiración política de Estados Unidos contra el gobierno venezolano, y argumentan que ellos carecían del conocimiento o la capacidad de llevar a cabo una transacción tan complicada.
El 10 de noviembre del año pasado, Campo, Francisco Flores y un informante confidencial que se hizo pasar como líder del cartel de Sinaloa, se reunieron en el restaurante de un hotel de Puerto Príncipe, donde discutieron los detalles de su próxima transacción de drogas, de acuerdo con la fiscalía. Hacia el final de la reunión, el informante confidencial testificó que él se disculpó un momento para dejar la mesa e ir a buscar los $20 millones que los primos usarían para financiar la campaña de su tía.
“Denme un minuto para encontrarme con mi amigo”, alega el informante que les dijo a ellos.
En su supuesta confesión a agentes de la DEA, Campo trató de echarse atrás con respecto a lo dicho sobre financiar la campaña de Flores a la Asamblea Nacional.
“Yo sé que dije eso, pero en realidad eran para mí”, dijo Campo, de acuerdo con la confesión.
Según documentos judiciales, Campo dijo que ellos planeaban conseguir la cocaína de manos de rebeldes colombianos. Al preguntarle por qué se había involucrado en el asunto, Flores dijo: “Para hacer dinero”. Flores dijo que la transacción tenía un valor de $5 millones, de los cuales él esperaba recibir $560,000.
Durante las audiencias realizadas la semana pasada, el agente de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) que encabezó la operación que condujo a la captura de los sobrinos de la Primera Dama, sorprendió a las personas presentes en la corte de Manhattan al mencionar el nombre de un hermano de la esposa de Maduro.
El agente especial Sandalio González testificó que un informante confidencial, que era un conocido traficante de drogas, había recibido una llamada en octubre de un funcionario venezolano de nombre Vladimir o Bladimir Flores. La primera dama Cilia Flores tiene un hermano con ese nombre.
González sostuvo que Efraín Campo y Francisco Flores tenían conexiones en las más altas esferas del gobierno venezolano, con acceso a aviones y grandes cantidades de cocaína.
“Ellos indicaron que básicamente tenían el control del aeropuerto y podían despachar un avión vía la rampa presidencial”, dijo González al referirse al Aeropuerto Internacional Simón Bolívar en Maiquetía, a las afueras de Caracas.
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