Cuando la delegación venezolana, compuesta por 24 atletas, llegó a tierras brasileñas para competir en los Juegos Paralímpicos Río 2016, las expectativas eran bastante altas. “Los superhéroes”, como los bautizó el Ministerio para la Juventud y el Deporte, iban a dejar el nombre del país en alto.
Y lo hicieron. Al cierre de esta edición, Venezuela acumulaba cuatro medallas en total, por lo que se igualó la marca impuesta en la edición 2008 celebrada en Beijing. En China, las preseas llegaron por cortesía de Naomi Suazo (oro en judo), medalla de plata para el relevo 4 x 100 (atletismo), Samuel Colmenares (bronce en 400 metros/atletismo) y Reynaldo Carballo (bronce en judo).
Río 2016 había coronado a Rafael Uribe, bronce en salto masculino, categoría T44 (amputación), Luis Paiva, plata en 400 metros planos, modalidad T20 (discapacidad intelectual), Yescarly Medina, bronce en los 100 metros planos, modalidad T37 (parálisis cerebral) y Naomi Soazo, bronce en judo categoría 70 kilogramos.
Venezuela debutó en los Juegos Paralímpicos en la séptima edición, realizada en 1984 en Nueva York, Estados Unidos. Desde ese entonces, y sumando las preseas de Brasil, acumulan 16 medallas doradas, una de oro, tres de plata y doce de bronce.
Reina la polémica
La gran cantidad de récords mundiales que se han registrado en la edición de Río, ha generado suspicacia entre propios y extraños, sobre todo por posibles faltas en los controles antidoping.
«Fue tema de la reunión de nuestro comité ejecutivo», dijo el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI) Philipe Craven, abordado por agencias internacionales de noticias. “Tenemos que ver qué lecciones sacamos para el futuro», sostuvo el directivo, creando aún mayor polémica.
Para muestra un botón. Durante las primeras cuatro jornadas se quebraron, nada más y nada menos, que 117 récords mundiales. El domingo 11 de septiembre, en la carrera de los mil 500 metros, los cuatro primeros lugares tuvieron mejores tiempos que los campeones en los Juegos Olímpicos regulares. El ganador de la justa convencional que terminó hace poco más de un mes, no hubiese subido al podio en los Paralímpicos.
Durante los Juegos Paralímpicos 2016, se realizaron apenas mil 500 pruebas antidoping sobre los 4 mil 300 atletas que dijeron presente. En estas justas deportivas, exclusiva para atletas con discapacidades físicas, no hay test antidoping obligatorio para los ganadores de medallas, todo esto debido al bajo presupuesto con el que cuenta el CPI.
DC|EV