¿Dónde quedo la institucionalidad en Venezuela?, ¿Donde quedó la división de poderes, el estado de derecho y la supremacía de la constitución?. Hoy en Venezuela la democracia, la justicia y la libertad son unos fantasmas, están, pero no los puedes ver ni tocar. Es paradójico que quienes llegaron al poder por la democracia, hoy le teman a la manifestación del ciudadano.
La democracia, más que una forma de gobierno, es una forma de convivencia social a través de la cual el espíritu humano se aferra a la justicia. Solo es posible, si no hay privilegios y todos los ciudadanos son iguales ante la ley. La democracia, es el poder del pueblo, el único que otorga legitimidad; la máxima autoridad, que elige, pone y quita gobiernos.
La justicia, es la virtud social por excelencia y la condición existencial para un estado de paz y libertad. La libertad, es el respeto a las ideas, posiciones y manifestaciones contrarias a la nuestra, el respeto a la propiedad privada y al debido proceso en la realización de una investigación; es el respeto a quienes ocupan cargos públicos y por decisión de la democracia, ganaron siendo mayoría. Hoy dirigentes electos, son abusivamente sacados del poder violando tres valores fundamentales y pilares de un estado: la democracia, la justicia y la libertad.
La institucionalidad en Venezuela, hoy es una burla.El tribunal Supremo de Justicia no puede estar por encima del soberano, mucho menos cercenar la libertad de millones de venezolanos que a través de la democracia, desean manifestar su descontento ante la deplorable calidad de vida actual. Más que el máximo órgano de justica, hoy el TSJ representa el verdugo del ciudadano, quién cínicamente pretende violar la constitución, anular un poder público electo por la mayoría y respaldar al régimen que cercena la libertad de quién alza su voz en contra.
La constitución, las leyes, y el ordenamiento jurídico, deben garantizar la dignidad humana ante cualquier discriminación y atropello. Las relaciones entre los poderes públicos y la ciudadanía deben ser presididas por la igualdad de condiciones de todos los ciudadanos ante la ley. La paz es obra de la justicia, los colombianos dieron un ejemplo recientemente.
La lucha, es por crear un marco ético de convivencia cívica para la realización del bien común. Si queremos cambiar como sociedad, debemos reconocernos como ciudadanos, del mismo bando o no, pero el reconocimiento, es el que nos llevará al entendimiento entre las partes que solo juntas, pueden construir una verdadera sociedad de progreso.
El desgobierno que lamentablemente tiene nuestro país, llegó al poder con la promesa que el pueblo sería el protagonista de todas las decisiones, que el pueblo tomaría las riendas de la nación. Maduro y su cúpula está fuera de la constitución, cuando a través del TSJ impide el funcionamiento de la Asamblea Nacional, cuando impulsa un sistema económico dogmático que coarta a los venezolanos su libertad de decidir que comprar, cuando comprarlo y como comprarlo.
Los venezolanos están muy claros que este gobierno tiene fecha de vencimiento en 2016, por la vía democrática vamos a recuperar nuestra institucionalidad, justicia y libertad que tanto necesitamos para progresar. Un futuro que deje atrás el conformismo, la corrupción y cada uno de los antivalores que han destruido la sociedad venezolana. Debemos –luego del revocatorio- dejar a un lado esa peleadera indefinida y concentrarnos en construir la Venezuela de todos por igual. El revocatorio, es democracia, justicia y libertad. No hay nada más débil que un gobierno que solo cuenta con el arma del miedo, la represión y la persecución para mantenerse en el poder. Resistiremos, lucharemos y revocaremos.
C / Orlando Chacón / Articulista. Estudiante. Dirigente Político PJ-Zulia. Luchador Social al servicio del cambio. Constructor de la Venezuela de todos /Orlandochaconc_@hotmail.com / @OrlandoChacon_)