Estados Unidos se abstuvo por primera vez en 25 años de votar una resolución de Naciones Unidas que condena el embargo a Cuba y a la que siempre se había opuesto.
La histórica decisión de cambiar su voto ocurre después de que el gobierno del presidente Barack Obama ha insistido en que el embargo debería ser suspendido como parte de la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana.
El voto de abstención probablemente enfrentará a la administración de Obama con el Congreso estadounidense, liderado por los republicanos, quienes apoyan el embargo que su país impuso a Cuba hace 55 años a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Un total de 191 países de los 193 que conforman la Asamblea General de las Naciones Unidas votaron a favor el miércoles de la resolución que condena el embargo a la isla. No hubo votos en contra. Israel también se abstuvo.
Las decisiones de la Asamblea General no son vinculantes pero reflejan la opinión mundial. Esta resolución, que se vota cada octubre, ha dado voz a Cuba para denunciar el embargo internacionalmente.
Tras el voto en un panel electrónico, representantes de numerosos países aplaudieron al ver los resultados. Cuba y Estados Unidos anunciaron en diciembre de 2014 la reanudación de sus relaciones diplomáticas luego de más de cinco décadas de alejamiento tras el triunfo de la revolución cubana.
El 20 de julio de 2015 se reactivaron formalmente las relaciones bilaterales y se reabrieron las embajadas. Durante su visita a Cuba en marzo Obama dijo que era hora de levantar el embargo pero el Congreso, que es el organismo que tiene el poder de suspenderlo, se ha resistido.
Antes del voto del miércoles, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas Samantha Power anunció que su país se abstendría. Power dijo de que a pesar de que Estados Unidos sigue «muy preocupado con las violaciones a los derechos humanos» que se cometen en Cuba, su país cree que hay mucho por hacer de forma conjunta.
La embajadora destacó avances que Cuba ha logrado como la reducción significativa de la tasa de mortalidad infantil. «Pero nada de esto significa que debemos callarnos cuando los derechos de los cubanos son violados, tal y como Estados miembros de la ONU han hecho a menudo», señaló.
La funcionaria también dijo que Estados Unidos rechaza «de forma categórica» algunos puntos de la resolución de la ONU que sugieren que el embargo viola las leyes internacionales. El canciller cubano Bruno Rodríguez describió el voto de abstención de Estados Unidos como «alentador» y un «paso positivo» para el mejoramiento de las relaciones entre ambos países.
«Ha tomado 24 años la rectificación del voto en solitario de los Estados Unidos de América en esta sala», dijo el canciller. «Han sido 24 años, como ha dicho la embajadora Samantha Power, de aislamiento y fracaso».
Rodríguez destacó, sin embargo, que el bloqueo prosigue y que es «injusto, inhumano, inmoral e ilegal y debe cesar unilateral e incondicionalmente». «El cambio de voto que la embajadora Samantha Power acaba de anunciar es una señal promisoria. Tenemos la esperanza de que se refleje en la realidad», agregó.
El gobierno cubano proyectó la reunión en Nueva York en una gran pantalla ubicada en la Universidad de La Habana, donde estudiantes y partidarios del presidente Raúl Castro siguieron el acontecimiento.
El tono de la cobertura fue triunfante: la televisión estatal describió la abstención de Estados Unidos como una victoria histórica para Cuba aunque advirtió que no era determinante sin la acción del Congreso estadounidense.
«El bloqueo se mantiene pero esto significa que ha habido un cambio de actitud a los niveles más altos de la política y el gobierno estadounidense», dijo Raúl Palmeiro, un estudiante de Derecho de 21 años y presidente de la federación de estudiantes de la universidad.
El año pasado la resolución de la ONU de condena al embargo obtuvo su mayor apoyo, con 191 votos a favor y sólo con Estados Unidos e Israel en contra.
AP