En 80% disminuyen casos de bullying en Maracaibo

El Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Maracaibo ha tramitado este año 10 denuncias sobre la presencia de acoso escolar (bullying) en distintos colegios de la capital zuliana, lo que representa una disminución considerable en número de casos en comparación con los reportados en anteriores períodos escolares.

La coordinadora general de esta dependencia, Lorena Borjas, enfatizó que los señalamientos fueron interpuestos por padres y representantes de niños agraviados por otros compañeritos de escuela, en cuyas manos sufrieron maltratos físicos o verbales, así como persecución.

“Los casos de abuso escolar a niños, niñas y adolescentes han descendido, considerablemente en un 80% en escuelas y centros educativos de la localidad durante el año 2016, ya que en el año 2015 se contabilizaron 25 denuncias e indicó que esta disminución se produce en virtud de las charlas educativas preventivas dictadas a padres y representantes en estos recintos, en las que también han participado directores y maestros, así como los mismos alumnos”, apuntó.

Lorena Borjas indicó que resulta necesaria la difusión de las medidas y correctivos que deben aplicarse en estos centros educativos, con la finalidad de continuar disminuyendo el número de casos y de escolares afectados. En ese sentido, se debe mantener la unificación de fuerzas entre las instituciones, las escuelas y la comunidad.

“Un caso es considerado acoso escolar o bullyng cuando se suscita el abuso continuado, a través del tiempo, de un niño a otro. No se trata de una pelea puntual, sino de que el agresor muestra un comportamiento provocador e intimidante, permanente, contra su víctima”, resaltó la funcionaria municipal.

Señales

Borjas acotó además que entre las señales mostradas por los niños cuando son víctimas de acoso escolar o bullying, están: los cambios en su comportamiento, variaciones en su humor, tristeza e irritabilidad, trastorno en el sueño y la presencia de pesadillas al dormir.

“También presentan cambios en los hábitos alimentarios, que incluye el comer compulsivamente o no muestran apetito. Igualmente reflejan signos en su cuerpo de golpes y rasguños y le dicen a sus padres que fue producto de alguna caída. Algunos de los pequeños se rehúsan ir al colegio y presentan dificultades para socializar con otros compañeritos de clases”, resaltó.

A su juicio, es necesario que los padres ayuden a sus niños en estos casos, dándoles mayor seguridad. El chico debe tener la suficiente confianza para comentar a sus progenitores o representantes lo que está viviendo en la escuela. El infante no debe sentirse solo, sino respaldado por su familia.

“Debemos prevenir estos hechos en los colegios, de allí la necesidad de que los directores y maestros conozcan de estas situaciones. Una de las soluciones está en corregir al niño agresor y participarle a su familia lo que está ocurriendo”, acotó.

DC|NP

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