En diciembre del año pasado, cuando la moribunda representación parlamentaria cumplía su último receso, porque había culminado el segundo período de sesiones y el pueblo expresó con el voto, el rechazo a la mayoría oficialista, eligiendo la nueva mayoría de la Asamblea Nacional, Maduro y Cabello en nombre de la Constitución procedieron a saltarla y asaltarla y en un acto bochornoso y sin cumplir los requisitos que ella establece, reconvocaron los diputados salientes y derrotados para unas sesiones extraordinarias, con el único fin de nombrar los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, que servirían de verdugos de la carta que ellos mismos propusieron y aprobaron un 15 de diciembre de 1999.
Consumado ese asalto a la Constitucionalidad y el estado de derecho, al verse en el espejo del rechazó popular, el régimen que han impuesto para desgracia del País, se ha escudado en esa sala constitucional nombrada, para seguir cometiendo todo tipo de tropelías, que van desde la anulación y desconocimiento de la Soberanía popular, como es el caso de los diputados electos por el Estado Amazonas, hasta el extremo sin precedentes en ninguna democracia del mundo, de usurpar y tomar para sí, las atribuciones constitucionales que son propias y expresamente consagradas al poder legislativo, como ocurrió tanto con el írrito decreto de emergencia, con el proceso de discusión y aprobación de la LEY DE PRESUPUESTO para el ejercicio fiscal 2017 y la tramitación de un billón seiscientos cincuenta mil millones de bolívares en créditos adicionales este año 2016, que sin lugar a dudas, en el futuro cercano tendrá responsables y culpables de esos desafueros.
Al sanguinario ritmo de una dictadura declarada y de unos enfermos en el poder, Maduro y sus magistrados y rectoras, prosiguen su marcha tiránica hacia la total destrucción del País y sentencias van y sentencias vienen, tratando de tapar la realidad que los agobia, que no es otra de saberse perdidos, frente a una mayoría de venezolanos, que escuchando la orientación de sus conductores (MUD), ha sido paciente y ha esperado todos estos meses, en procura de hacerles entender que el camino para salir de la aguda crisis, es Democrático, Pacífico, Constitucional y Electoral, pero la enfermiza mente de estos desadaptados, busca todos los vericuetos posibles para impedirlo, ignorando estos “señores”, que este noble pueblo de Venezuela ha esperado con paciencia china y soportado estoicamente todos sus ataques y desconocimientos, pero su sangre libertaria y su pasión por la democracia, no permitirá ni una burla más ni una trampa más, porque el fin de esa ruta escogida, tiene fecha y horas establecidas, para hacer valer su voluntad, contra cualquier despropósito que intente impedir su pronunciamiento. Los días 26, 27 y 28 de Octubre, sonarán las campanadas del cambio y contra viento, marea o tempestades dictatoriales, estará el pueblo venezolano erguido y en avalancha colmando todos los centros de recolección de firmas y manifestaciones de voluntad, para revocar a Maduro y su régimen y convencido estoy, que no serán los funcionarios electorales ni los militares resguardantes de ese proceso, quienes también En Nombre de la Constitución, impidan que millones y millones de compatriotas nos expresemos, porque en la historia de Venezuela y del mundo está más que comprobado y demostrado, que no hay fuerza ni bayonetas, que sean capaces de imponerse por encima de la voluntad de toda una Nación. La suerte de la democracia está echada y sólo resta que la dirección política democrática, este a la altura de esta delicada, histórica y trascendental responsabilidad.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes” P.S.B.
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del Estado Sucre / petersecond1@hotmail.com / @pedrosegundoABP