Otra cosa que puede ocurrir cuando los niños exploran en cualquier rincón es la de herirse; claro está, no lo hacen de forma intencionada, pero aun así son propensos a lastimarse en cualquier zona de su delicado organismo.
Los niños en el hogar nunca han de faltar, bien sean los hermanos menores, los primos, los hijos, incluso algún otro del que debamos atender.
Aunque son la generación del futuro, considerados “ángeles”, se tiene claro lo difícil que puede llegar a ser cuidar de ellos.
Tampoco es cuestión de señalarlos. Como niños, son individuos propensos a la libre exploración, todo debido a su espíritu curioso, el cual les permite, poco a poco, ahondar en ese mundo desconocido que les rodea.
Con base en esa curiosidad, estos pequeños empezarán a investigar todos lugares del hogar; abrirán y cerrarán puertas, lo propio harán con las ventanas, correrán, se esconderán y realizarán cualquier cosa que se les pase por lamente.
Esto nos lleva a considerar diversas cosas.
La primera de ellas es colmar la paciencia de quienes los supervisan o cuidan; se reitera lo anterior, cuidarlos es hermoso pero complejo.
Otra cosa que puede ocurrir cuando los niños exploran en cualquier rincón es la de herirse; claro está, no lo hacen de forma intencionada, pero aun así son propensos a lastimarse en cualquier zona de su delicado organismo.
Por ello se exponen una serie de recomendaciones que es importante tener cuenta para mejorar la vida con los niños, especialmente en el hogar.
1. Asegurar los bordes y esquinas
Si lo pensamos bien, el hogar puede ser una trampa mortal para un niño.
Por obvias razones, para una persona adulta las condiciones cambian, gracias a las experiencias previas vividas por alguien mayor, el cual ya conoce los famosos bordes y esquinas y el peligro que conllevan.
Ocurre lo contrario con los niños, los cuales, como hemos indicado anteriormente, apenas están comenzando a vivir y a comprender los riesgos cercanos.
Uno de estos son los bordes y esquinas, peligrosos para los niños, en especial para los bebés.
La amenaza estriba en la altura tan baja de las mesas. Estas suelen tener bordes filosos, los cuales pueden llegar a lastimar el rostro o la cabeza del niño. Por tal razón se recomienda forrarlos con flotadores “gusano”.
No importa si los bordes son de madera o vidrio, más vale prevenir.
2. Puertas ajustadas antes que cerradas
Algo similar sucede con las puertas en cuanto a los bordes. Estas suelen convertirse en armas “mortales” para los niños, especialmente para sus pequeños y frágiles dedos.
Los accidentes involucrados en machucones de dedos o manos pertenecientes a los niños suceden al cerrar una puerta.
Esto pasa cuando el crío no distingue el peligro, se toma del borde y la cierra. Para prevenirlo, puede emplearse un trozo de flotador ‘gusano’ y ponerlo en el borde de la puerta.
Lo ideal es albergarlo en una zona donde el niño no alcance a retirarlo. De esta forma la puerta no se cerrará y se prevendrán los machucones.
3. Proteger enchufes y tomacorrientes
Es muy común en el niño sentirse atraído por el diseño de los enchufes y tomacorrientes que, a simple vista, parece una ‘carita’. Por muy amigable que resulte para él, es bastante peligrosa.
La recomendación es proteger aquellos sin utilizar, para hacerlo basta con pegar una bandita adhesiva y listo. Sencillo, económico, práctico y, sobre todo, seguro.
4. Evitar abrir la nevera
Uno de los lugares más curiosos para los bebés o niños pequeños es la nevera. Es como un armario mágico lleno de comida y colores divertidos, por lo tanto se convierte en un gran reto, el cual deben cumplir a cabalidad.
Quizá la idea de ellos no sea del todo errada. La nevera tiene comida, colores agradables (en su interior), e incluso para el adulto resulta una tentación. No obstante, esta puede conllevar un montón de peligros para el infante, por ello no puede dejarse a su merced.
Para evitar que la abran fácilmente se recurre a dos perchas o ganchos adhesivos y una banda elástica. Se pone uno en la puerta y otro al lado de la misma, con el fin de evitar su abertura.
Lo ideal es ubicar este sistema de seguridad en un lugar elevado, para que los niños no lo alcancen.
5. Asegurar los armarios
Este es otro de los lugares con puertas más apetitoso para un niño. Su curiosidad casi lo obliga a explorar para ver qué se alberga dentro.
En este caso particular se deben asegurar las puertas. Si es posible con bandas elásticas y un pequeño nudo, mucho mejor.
DC | Agencias