Tu acné va a lograr que envejezcas más tarde
Las chicas con la sonrisa reflectante y las cejas pulidas conseguían hacerlo con las dos manos. Lanzaban el agua desde el chorro del grifo y ni una gota se les escapaba del perímetro del lavabo. No se les mojaba el pelo. Ni los granos. Porque las chicas de los anuncios de jabones antiacné no tenían acné. Tenían la piel lisa como una escultura de Miguel Ángel. Era todo una mentira. Un engaño. Un ardid. Un embuste. ¡Una patraña! Los malditos geles de la tele no funcionaban. Ni el truco de frotar tomate que encontraste en Internet. Ni el corte de pelo estratégico para cubrir la frente (sólo lo empeoró). Ni las dos semanas que pasaste sin beber leche porque leíste que la lactosa era mala para la piel. Ni los tres días de abstinencia chocolatera después de que alguien de la clase te dijera que la manteca de cacao provocaba erupciones cutáneas.
Tu acné sólo consiguió remitirlo un tratamiento de pastillas y cremas que tu dermatólogo te ordenó seguir. Logró amaestrarlo, pero no domarlo. Cada veinte días, y en temporada del mes de exámenes, se empeña en recordarte que existe. Es como el like de un ex en Instagram, pero sin la opción de unfollow y bloquear.
Pero tiempo al tiempo. El enredo de tus hormonas se va a redimir. El sufrimiento se va a compensar. Ligeramente. Según un estudio del King’s College de Londres, quienes han padecido acné envejecen más tarde que los que han llevado una vida libre de explosiones faciales. Como cuando te pierden la maleta y te dan un vale de 200€ para gastar en ropa. No repone, pero ayuda.
De acuerdo con la investigación, publicada en el Journal of Investigative Dermatology, los signos de la edad se revelan de forma tardía en las pieles con tendencia acneica porque sus telómeros, unas capas protectoras de los cromosomas contenidos en los glóbulos blancos, son más resistentes de lo habitual. Para descubrirlo, el equipo de científicos analizó los telómeros de 1.200 hermanos mellizos y los comparó con los de mujeres que aseguraban no haber sufrido acné jamás. También realizaron pequeñas biopsias de la piel de los mellizos con granos y las confrontaron con las de aquellos que no los padecían. Pudieron confirmar que existían diferencias entre los hermanos: los primeros mostraban una vía genética, la p53, en menor medida que los segundos. Producían, así, mayor cantidad de una de las proteínas relacionadas con la regulación muerte celular.
Las chicas de los anuncios no han tenido que comprar en su vida un corrector (¡verde!) de rojeces. Tú no vas a tener que ver jamás una jeringuilla de bótox y vitaminas.
DC|Cosmopolitan