El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ofreció hoy su primera reacción a la muerte del líder cubano Fidel Castro en su cuenta de Twitter con una escueta frase: «¡Fidel Castro está muerto!».
Trump se encuentra estos días descansando con motivo de las vacaciones de Acción de Gracias en su hotel Mar-a-Lago, en la localidad de Palm Beach (Florida).
De momento no ha habido ninguna reacción oficial del Gobierno de Estados Unidos a la muerte de Castro, quien falleció anoche a los 90 años de edad, según informó su hermano, el presidente Raúl Castro, en una alocución en la televisión estatal.
Durante la campaña electoral, Trump prometió «dar marcha atrás» a las «concesiones» hacia Cuba, pero los expertos ven improbable que frene en seco el deshielo iniciado por el actual presidente estadounidense, Barack Obama.
En las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, pero en su búsqueda de votos en Florida en las elecciones generales prometió que «revocaría» las medidas ejecutivas de Obama «a no ser que el régimen de los Castro» restaure «las libertades en la isla».
Pero algunos analistas consideran que el magnate de los hoteles y los casinos tendrá que atemperar esa postura, debido a las presiones que recibirá de parte de los empresarios estadounidenses que llevan décadas anhelando hacer negocios con Cuba.
Entre ellos está el pensador político Noam Chomsky, que en una reciente entrevista con Efe aseguró que las presiones de las empresas estadounidenses que quieren hacer negocios con la isla en terrenos como la biotecnología, el farmacéutico, la agroindustria o el turismo podrían condicionar las promesas electorales de Trump.
La muerte de Fidel Castro ha vuelto a poner en primer plano, además, la incógnita sobre el embargo económico a Cuba que durante más de cinco décadas ha mantenido Estados Unidos y cuyo futuro ahora dependerá del futuro Gobierno de Trump.
DC|TI