Nuestras conversaciones cotidianas están cada vez más mediadas por dispositivos con aplicaciones potentes, como el móvil. Por ejemplo, el Whatsapp empieza a desplazar el diálogo cara a cara para posicionar una forma de comunicación que combina lo oral, lo escrito, las imágenes para expresar estados de ánimo (los emoticones) y la posibilidad de llevar varias conversaciones al tiempo.
Así, la velocidad y versatilidad de los aparatos, junto a nuestra capacidad para inventar lenguajes y comunicarnos según la tecnología de cada época, transforman la cotidianidad. Los jóvenes, especialmente, prefieren el “contacto personal” mediante el Whatsapp: desde las primeras horas del día escriben rápidamente, comparten mensajes, manifiestan sus sentimientos y participan en conversaciones grupales y aumentan o fortalecen su círculo de amistades.
Ahora, una de las actividades centrales en la comunicación humana: la escritura, inicia un cambio profundo en el Whatsapp: la prisa hace que se escriba con el criterio de quien habla, no de quien piensa elaborar un escrito; por eso, en Whatsapp la interacción se parece al diálogo corriente. Además, se suprimen signos de ortografía, se acortan palabras –lok (lo que), cdo (cuando), gent (gente), mxo (mucho), xq (porque) xeso (por eso)– o se juntan letras con números: X1/2 (por medio), 100pre (siempre) a1q (aunque), salu2 (saludos). También se repiten vocales: siiiii, esoooooo; o se eliminan: nos vmos, t qro.
Por lo anterior, surgen interrogantes como: ¿está evolucionando o se está degradando el idioma español?, ¿se respetan las normas de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) en la escritura del Whatsapp?, ¿está naciendo una gramática propia del Whatsapp?, ¿podrá la RAE gobernar la gramática que surge en el Whatsapp?
Al respecto, algunos aseguran que las escrituras en los chats no tienen nueva gramática, sino un nuevo modo de usar la que existe; otros dicen que es normal que el lenguaje escrito evolucione y que siempre lo ha hecho. El asunto, sin embargo, es que el escenario tecnológico al que se está trasladando la escritura cotidiana se aleja de los medios tradicionales de comunicación y podría escapar al control gramatical de la RAE.
Para aportar a las discusiones, realizamos un estudio financiado por la Dirección de Investigaciones de la Universidad de Manizales. Se aplicó a 208 jóvenes universitarios de Manizales entre 18 y 25 años. Al consultarles si respetan las normas de la RAE, 119 de ellos, el 57 %, dijeron que sí; pero al preguntarles si es necesario que esta institución establezca normas para la escritura del Whatsapp, 157 afirmaron que no; o sea, el 75 %.
Es decir, la investigación muestra que aunque el 57 % de los participantes respeta las normas de la RAE, es evidente la tendencia al surgimiento de una gramática autónoma, por fuera de las normas institucionales: el 43 % de los encuestados no respetan las normas cuando escriben por Whatsapp y el 75 % dijo que no es necesario que la RAE controle la forma de escribir en este medio. “En el wapp es muy complicado mantener una buena conversación si se atienden las normas de la RAE” o “la escritura en el wapp no amerita tanto protocolo”, son afirmaciones de participantes en el estudio.
Nuestra hipótesis es que los usuarios del Whatsapp tienden a liberarse de normas gramaticales. El uso de la escritura seguirá creciendo para comunicarnos –hoy día se escribe más que antes–, pero en medios digitales sorprendentes. En éstos, la velocidad y el uso de recursos automáticos podrían seguir variando las formalidades de la escritura. Ya se vislumbra ello en afirmaciones que aportaron algunos de los consultados: “No son necesarias las normas de la RAE para una red social y cada quien se expresa como desea por ese medio”, “La RAE no debe tener otras normas de escritura en el wapp, pues este medio es libre y exento de formalidad”.
Consideramos, en síntesis, que la escritura en el Whatspp emprendió las bases de un sistema lingüístico propio, autónomo. Un lenguaje escrito con su propia historia, en el que importa más lo que se quiere expresar que la forma en que se escriba. Y ello no es correcto o incorrecto. Simplemente es el resultado de la actividad comunicativa en un medio único e incomparable como el Whatsapp.
Gabriel García Márquez expresó que “el mejor idioma no es el más puro, sino el más vivo. Es decir, el más impuro”, lo que podría aplicar para la comunicación en el Whatsapp; el nobel también defendía que es necesario liberar al idioma “para que entre en el siglo veintiuno como Pedro por su casa”.
De todas formas, son necesarios más estudios para avanzar en conclusiones científicas sobre la escritura en el Whatsapp. Y para declarar que surge o no una nueva gramática en el Whatsapp falta completar información y análisis. Lo que sí es claro, es que empieza a vislumbrarse una transformación de la comunicación cotidiana a partir de la escritura, al paso que se generan incógnitas que provocan a los estudiosos sociales de todas las disciplinas.
Agencias