Redactando estas líneas me encuentro en la gran incertidumbre –como la gran mayoría- sobre los resultados en la “Mesa de Diálogo”, que coordinan: el representante del Vaticano, los Ex-presidentes y UNASUR, unidos en la búsqueda de una salida pacífica y electoral a la crisis que atraviesa Venezuela.
He dicho y ratifico que ningún demócrata debe negarse a dialogar, pero hasta el momento no existen resultados concretos sobre los cuales ser optimistas. Los voceros oficialistas son contradictorios, unos abogan por mantener el diálogo, otros juegan a la confrontación, el caos y la violencia. Este Gobierno perdió la cohesión interna, improvisa constantemente, poniéndose de manifiesto las presiones cubanas interesadas en desarrollar su formato de la ilegalidad con doble discurso, doble moral justificándolo a nombre de una “revolución” que no cambió nada para bien.
El alto mando cubano sabe que un triunfo del diálogo, con el Gobierno jugando políticamente, los saca a ellos del juego aunque el PSUV se preserve como opción política. Tomemos como ejemplo lo ocurrido en Nicaragua, perdieron los sandinistas con Violeta Chamorro, volvieron al poder y Ortega acaba de reelegirse por un conjunto de razones que hoy no viene al caso analizar.
Si el PSUV juega a la política, busca una salida electoral; aunque pierda el Gobierno en el revocatorio o unas elecciones adelantadas, sigue siendo una fuerza política con 54 diputados en la AN, 20 gobernadores y 200 alcaldes en el país. Ahora este esquema no le sirve al habilidoso juego de la élite cubana, brillante en el tablero de la geopolítica que hoy necesita tiempo para desarrollar sus acuerdos de apertura con Estados Unidos, sin importar el sacrificio de sus aliados rojos en Venezuela y el sufrimiento de nuestro pueblo que no está en su orden de prioridades.
Cuba ha recibido del Gobierno venezolano desde el 2004 hasta ahora 24 mil millones de dólares aproximadamente y necesitan seguir recibiendo petróleo y prebendas unos meses para alcanzar su autonomía financiera. El triunfo de Trump les crea incertidumbre sobre los alcances y medios para el desarrollo de apertura. El “Cogollo Cubano” le da casquillo a la “Cúpula Roja” para generar caos, porque sin él dejan de ser fundamentales en la lucha que está planteada en nuestro suelo patrio. La representación del Gobierno (incluido Maduro) están estimulados por los jerarcas del Congrí para atornillarse en el poder cueste lo que cueste.
No tengo una visión fatalista, estoy planteando elementos sobre una variable clave que no se menciona desde hace un tiempo en nuestros debates. Tampoco sugiero levantarse o patear la mesa, el esfuerzo por un acuerdo político con salida electoral debe hacerse, es hora de un balance serio sobre la jornada, y frente al Congrí en el diálogo a los demócratas nos sale: ¡Diálogo y Calle!
DC / José Luis Pirela / Diputado AN por San Francisco– Zulia / Notas Progresistas / @joseluispirelar