Los precios del petróleo se dispararon este miércoles ante la perspectiva de que los países de la OPEP reunidos en Viena logren un acuerdo para limitar la producción y estimular los precios.
«No sabemos [si habrá acuerdo]. Lo descubriremos durante la reunión», dijo el ministro saudí de Energía, Jalid al Falih, el país que más produce de los 14 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Pero añadió que «hay un estado de ánimo optimista y positivo» y reconoció que su país estaba dispuesto a aceptar un acuerdo que supondría «un gran impacto» para su nivel actual de producción.
El precio del barril de Brent se disparó ganando casi cuatro dólares y superando los 50, mientras el WTI subía un poco más de tres, hasta 48,82 dólares, su precio más alto en una semana.
También Venezuela quiso ver «señales muy positivas» antes de la reunión, según el ministro del Petróleo, Eulogio del Pino. «Esto no sólo es para los países productores, sino también para la economía mundial», aseguró.
La OPEP intenta por todos los medios llegar a un acuerdo de recorte -el primero en ocho años- para hacer frente a la caída del crudo, ahora en menos de 50 dólares el barril cuando hace dos años todavía llegaba a los 100.
En las últimas horas, Arabia Saudí ha intentado limar diferencias con Irán e Irak, los miembros del cártel más reticentes a reducir o congelar su producción, y el ministro Falih aseguró en un guiño a sus socios que la repartición de los recortes entre países se haría «de manera equitativa».
En septiembre, los miembros de la OPEP llegaron a un preacuerdo en Argel para limitar la producción hasta un nivel situado entre 32,5 y 33 millones de barriles diarios (mbd).
También acordaron buscar un entendimiento con otros grandes productores no miembros, entre ellos Rusia.
Pero Riad exige que cualquier decisión para reducir la producción incluya a Irán e Irak.
Tanto Teherán como Bagdad son reacios a recortar, en el primer caso porque el país quiere recuperar su nivel de producción tras años de sanciones internacionales y en el segundo porque necesita los recursos petroleros para su lucha contra los yihadistas.
«Hoy soy optimista, mucho más optimista», dijo Abhishek Deshpande, un analista de Natixis Bank. «Una vez Irán haya acordado una cifra con Arabia Saudí, Irak también aceptará», aseguró.
«Irán está jugando bien sus cartas (…) Sabe perfectamente que Arabia Saudí necesita desesperadamente precios más altos a pesar de que disimulen», apuntó por su parte Fawad Razaqzada, un analista de Forex.com.
En caso de fracaso, los observadores más pesimistas vaticinan un barril a 40 o incluso a 30 dólares.
También el canciller de Ecuador, Guillaume Long advirtió que «si no hacemos algo ahora, en dos o tres años habría una desinversión tal [en infraestructuras petroleras] que tendríamos otra vez los picos que tuvimos hace algunos años».
También sería un duro golpe para la OPEP, una organización nacida en 1960 que produce un tercio del crudo mundial, pero que ha ido perdiendo influencia en los últimos años en el mercado mundial del petróleo.
La otra pieza del puzzle es Rusia, cuya participación, como la de otros países fuera de la OPEP, en el esfuerzo de reducción de la producción es vital para lograr el objetivo de estimular precios.
Pero por el momento Moscú prefiere esperar a ver qué pasa en Viena. «No hay ninguna necesidad (de participar en la reunión del miércoles), la OPEP tiene que celebrar primero su reunión», dijo el ministro ruso de Energía, Alexander Novak.
DC|EU