Personal del Ministerio Público llegó a la sede del Eje de Homicidios, en Maracaibo, para recoger todas las evidencias y expedientes correspondientes al enfrentamiento que acabó con las vidas de Kevin José Romero Medero, sargento segundo del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas), y Esfael Alejandro Bracho Galué, funcionario de la Policía científica. (Leer también:Cae muerto un Cicpc extorsionador tras enfrentamiento durante entrega controlada dinero)
Según una orden emitida por la Fiscalía 11.°, en materia de homicidios, todo lo concerniente a la investigación del tiroteo ocurrido el pasado miércoles en un centro comercial de la avenida La Limpia, el cuerpo detectivesco se desliga del caso. Todo el material recolectado en la escena del crimen será evaluado por la Unidad de Criminalística.
Entre las evidencias que serán trasladadas a la capital están los vídeos de los locales comerciales cercanos al lugar de la balacera, al menos nueve armas de fuego, ocho pertenecientes a los funcionarios del Conas y una del detective y las conchas recolectadas en el sitio.
Antes de que eso ocurriera, los familiares de la víctima acudieron a la sede de la Policía científica para denunciar el retardo en la resolución del caso. Mientras que en los pasillos del cuerpo policial, los compañeros de Bracho, ven con buenos ojos, aunque igualmente tardía, la intervención del fiscal.
Lo que se sabe
La Unidad de Criminalística del Ministerio Público le toca aclarar las circunstancias que llevaron la contienda entre los militares y el policía el pasado martes en la tarde en un centro comercial ubicado cerca de La Curva de Molina.
Lo que está claro es que ocho guardias nacionales realizaban una entrega controlada para detener a un extorsionador que exigía, vía telefónica, un inmueble propiedad de una mujer y además cinco millones de bolívares a cambio de no denunciarla por estar, presuntamente, incursa en actos lascivos. La fiscal 14.° del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del estado Zulia conocía sobre el procedimiento.
Darwin Linares, jefe de la Policía científica en el Zulia, informó al día siguiente que los funcionarios castrenses detuvieron al sospechoso. Tras la captura, uno de los efectivos «interpeló», por razones aún no aclaradas por ninguno de los cuerpos involucrados, a Bracho, quien supuestamente esperaba para comprar pañales en una farmacia del lugar.
Bracho recibió 12 tiros en diferentes partes del cuerpo, mientras que a Romero lo impactaron con tres. El primero quedó en el sitio, mientras que el último sobrevivió hasta su ingreso en un centro asistencial de la zona.
Las experticias del cuerpo detectivesco indican que el arma del policía no accionó, versión que la Guardia Nacional contradice. Aunque ambos cuerpos involucrados manejan vídeos, ninguno parece aclarar la verdad sobre el tiroteo, razón por la cual el Ministerio Público asumió las investigaciones por completo.
DC|LV