La muerte llegó al piso 7 del edifico D-8, en Ciudad del Sol. Jaime Davis (63) tuvo hambre, no encontró comida y para calmar su necesidad consumió unas cucharadas de jabón para platos. Se envenenó, sus hijas lo llevaron a dos centros de salud, no lo atendieron bien y a las horas falleció.
Dulis Méndez, esposa de la víctima, explicó que ella salió, el pasado domingo, para hacer una diligencias y lo dejó solo. El abuelo veía poco y usaba un tenedor para buscar la comida y consumió el detergente. Al regresar, lo encontró mal.
La familia llevó al anciano a una clínica, en la Coromoto, pero no lo atendieron y lo trasladaron a ala emergencia del Hospital Manuel Noriega Trigo. Los médicos lo examinaron, detallaron a Méndez que se encontraba bien y lo enviaron a su casa.El abuelo regresó al apartamento y falleció ayer en horas de la mañana.
La Policía científica asistió a la escena para las experticias correspondientes y comentaron que posiblemente el anciano sufriera algún trastorno mental como esquizofrenia, adicional tendría los valores bajos.
Entre los habitantes del edificio se rumoró que el señor estaba muy delgado, tenía días sin recibir alimentos, motivo por el que el anciano buscaba comida en distintas partes de la casa. Presumen que moriría de hambre o deshidratación.
A los funcionarios del cuerpo de seguridad les tocó bajar los siete pisos por las escaleras con el cuerpo del abuelo en una bandeja para montarlo a la furgoneta y trasladarlo a la morgue forense. Esperan el resultado de la necropsia para descartar motivos del deceso.
DC|LV