¡Vivieron terror! Robaron dos expresos en Guacara que se dirigían a Trujillo

Una vendedora de cachapas se montó al autobús ejecutivo y exclamó con una sonrisa: “Aprovechen de llevarse la cachapita ahorita, que más adelante no podrán comprar”, y a los cinco minutos de haberse bajado, el expreso fue interceptado por 20 delincuentes que “salieron como cucarachas del monte”.

Así relatan los pasajeros el terror que vivieron este martes 1º de noviembre. Salieron en dos autobuses de expresos Las Delicias el lunes a las 8 de la noche desde Caracas con destino a la ciudad de Valera, estado Trujillo, pero en Guacara, estado Carabobo, el hampa los atacó.

Según el relato del chófer del primer bus, los sujetos salieron desde un matorral. Aprovecharon para apuntarlo con sus armas de fuego cuando tuvo que frenar la unidad porque se le espichó un caucho a causa de un “miguelito” en la vía. En ese momento en el expreso, donde viajaban 30 personas, se encendió la alarma de robo.

A los minutos, el chófer del segundo expreso cuenta que al ver a su compañero accidentado, se detuvo a prestar auxilio vial, y para su sorpresa, los estaban atracando. Allí, los delincuentes aprovecharon de someter a los otros 30 pasajeros del segundo bus.

Actuaciones
“Nos están robando”, gritó un pasajero de la primera unidad al observar las irregularidades. Sugirió que escondieran lo que pudieran, pero esto no funcionó. Al ser apuntados con las armas de fuego, los antisociales “los inspeccionaron” uno a uno para robar su equipaje, despojarlos de sus pertenencias personales y asegurarse de que no ocultaran cosas de valor.

Los pasajeros del expreso dos denuncian al chofer: aseguran que es un cómplice y que tiene la culpa de que los robaran. Les quitaron celulares, carteras, bolsos de mano, ropa, repuestos, comida, zapatos, efectivo y sus identificaciones y tarjetas.

Los delincuentes solo tuvieron piedad con una señora que viajaba junto a su hijo, a quien traía de una cita médica en el cardiológico infantil por su padecimiento en el corazón: “Solo les pedí que por favor no me quitaran las cosas del bebé, y uno de ellos me dijo –si me escondes algo te pego un tiro, pero otro lo detuvo diciendo: ‘déjala quieta’“, cuenta Carla González.

Otra de las víctimas pertenece a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), pero estaba vestido de civil, y para proteger su vida no reveló a los delincuentes que es funcionario. Minutos antes del robo, se quejó en varias oportunidades con el chofer porque “perdía tiempo al detenerse en paradas imprevistas”.

Los funcionarios no hicieron nada

Cuando los sujetos terminaron de recolectar las pertenencias de las víctimas, exigieron a los dos choferes que arrancaran a toda velocidad y sin detenerse. Pese a que uno de los buses tenía un caucho espichado, obligaron a conducir el bus en ese estado.

Minutos más tarde, en la alcabala más cercana, los pasajeros y choferes se bajaron a formular las denuncias. Les tomaron un reporte del caso, donde solicitaban que los ayudaran a buscar los equipajes en el matorral, pero los funcionarios les indicaron que sí ya los habían robado no había nada qué hacer, pues alegaron no tener patrullas para trasladarse, y señalaron que ellos ya tienen identificados a los victimarios: la banda de “Los Sanguinarios”.

DC|EP

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