Recientemente leía un artículo del periodista español Francisco Rubiales, que recogía su opinión sobre los dirigentes políticos de todo el mundo, considerando que los ataques que reciben los mismos de parte de los ciudadanos es cada vez mayor, es un ataque pacifico, no violento, ya que si el ataque a los poderes fuera violento, los políticos tendrían una excusa para lanzar contra los ciudadanos rebeldes sus policías y soldados. “La rebelión solo utiliza los recursos de protesta que la democracia otorga a los ciudadanos: los votos y la crítica”.
Señala Rubiales, que el Estado se encuentra plagado de enchufados y parásitos, injusticia, desigualdad y una dictadura encubierta de políticos que han degradado la democracia hasta extremos intolerables, por lo que los ciudadanos se han propuesto derrocar a los que abusan y construir un mundo mejor; enfilando los ciudadanos descontentos sus ataques en contra de los que gobiernan, ya que se sienten tratados como súbditos y como rebaños de reses.
La batalla de los ciudadanos contra la clase política abusadora del poder, no solamente será con votos en las urnas electorales, también a través de las redes sociales y en la capacidad de influencia que cada uno tiene desde la opinión pública, en conversaciones críticas que se generan en los hogares, reuniones sociales y centros de trabajo. “La gente se siente avasallada por sus dirigentes y quiere sacudirse ese miserable liderazgo”.
La lucha de los ciudadanos es en contra de una forma autoritaria, injusta y nada democrática de hacer política, por lo que considera Rubiales que el siglo XXI será un siglo de rebeliones y enfrentamientos entre los que mandan y obedecen; la lucha ciudadana será cada día mas evidente y masiva, no solo en contra de la clase política, sino que se extiende a los que sirven y sostienen el poder político, que son básicamente los periodistas tarifados, los jueces, los militares, incluyendo también a policías y algunos profesionales y empresarios que se lucran del poder corrupto y abusivo.
Según datos precisos recabados en estudios de opinión pública realizados en España, se refleja que el rechazo profundo, a veces ya convertido en odio, de los ciudadanos hacia sus políticos es impresionante, considerando a la clase política como el mayor problema y máxima preocupación para los ciudadanos, junto al desempleo y la crisis económica. Y contradictoriamente, los políticos, frente a la rebelión de los ciudadanos, en vez de reaccionar, se han atrincherado en el Estado y sus privilegios, negándose a cambiar. “No les interesa una democracia autentica, sino la democracia degradada que ellos han construido, sin controles y sin los contrapesos y cautelas que el sistema tenía originalmente, ideados para que los poderosos no puedan abusar y oprimir”.
Según, Rubiales, la resistencia arrogante de los políticos a cambiar y a cumplir con los deseos de una ciudadanía, que en democracia, debe ser la “soberana” del sistema, es suicida y si no cede, será la causa de mucho dolor y probablemente, también de conflictos y sangre. “La regeneración parece imposible porque los políticos se niegan a transformar sus mafiosos y autoritarios partidos políticos y a convertirlos en organizaciones al servicio del ciudadano y la sociedad, partidos que en su mayoría están gravemente enfermos y sin cura, se han habituado a cometer el más sucio pecado contra la democracia y la civilización, que consiste en anteponer sus propios interés al bien común”.
El enfoque de Rubiales, recoge toda una realidad socio política que está ocurriendo en distintas partes del mundo, asunto que debe llamar a la reflexión a los que aun se consideran “líderes” de la clase política, por sus acciones y omisiones, ya que sus maniobras de corrupción, injusticia, abuso y calamidades que impulsan y siembran en la sociedad no quedarán impunes, serán los mismos ciudadanos quienes sean sus jueces y verdugos.
Finalmente, la buena noticia, en los tiempos por venir derivaran cambios profundos en los sistemas políticos instaurados para privilegiar a pocos en detrimento de la ciudadanía, las caretas de quienes han hablado de socialismo y democracias renovadas seguirán cayendo, el futuro inmediato no será igual, entre ciudadanos y políticos.
DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com