El engendro heredero, ese que está ahí en el poder haciéndole la vida de cuadritos a los venezolanos, por las asesorías malignas recibidas de los asesinos comunistas, ha causado, con la bendición de su antecesor, un daño visceral en la vida de todos los venezolanos; incluyo, por supuesto, a los ingenuos e ignorantes que aún apoyan la “bazofia gubernamental” del régimen. Jamás, nunca jamás, este pueblo noble, libertario y solidario, pensó que podría llegar a estos extremos de miseria en la cual está inmerso; todo empezó, al haber dado su apoyo a una persona, que antes de llegar al poder planteaba un discurso de cambio sustancial de la sociedad, pero que transformó radicalmente, al comunismo, luego de asentarse en él. “El comandante eternamente enterrado”, sin duda, es el responsable de esta caos que hoy entristece a las familias, no solo, porque se está muriendo de hambre: por la ausencia de productos de la subsistencia humana y por enfermedades: por la carencia de los medicamentos vitales que garanticen su salud; sino, por la destrucción de los valores que con tanto empeño nuestros antepasados se encargaron de construir en la conciencia de sus hijos y nietos; este personaje, se encargó en lo personal, de corromper (civiles y militares) a todo aquel que lo acompañó en el ejercicio decadente de su poder, para así mantenerse en él; también coadyuvó para el crecimiento de la inseguridad, creando grupos paramilitares que con el tiempo se convirtieron en una lacra social y con la connivencia del Estado crearon una barrera de favorecimiento de la impunidad.
En Venezuela, no se avizora, en el corto plazo, momentos de paz, armonía y de libertad; por el contrario, se destapan a cada instante situaciones que tienen como norte, “joder” al ciudadano para que éste utilice el destierro como salvación en la calidad de vida de él y de su familia, y, a los que aún se quieran quedar en su patria, no tengan respiro, bajo ningún concepto, y sientan que la fuerza del régimen es inminente para controlarlos y hacer de ellos una masa dependiente, hasta para satisfacer, ínfimamente, sus necesidades fundamentales, y, entiendan de una vez, que la permanencia en el poder del comunismo, es absoluta y permanente.
El engendro heredero, ante el asombro de unos y otros, en complicidad con un sector donde la corrupción es una “filosofía de vida”, como es el PSUV y el alto mando militar, están creando las condiciones para que se de un “estallido social” y tener la excusa para generar un “Estado de Excepción” y así acabar, según ellos, con la Constitución Nacional, y, por ende, con todo vestigio de democracia y de libertades republicanas.
Por eso, se agravará geométricamente el desabastecimento de alimentos, de medicinas y de productos de higiene y por ende las colas en los establecimientos comerciales; se incrementarán los muertos por la agudización de la inseguridad; la falta de dinero será más constante y de mayor duración; la atención hospitalaria será más atenuada y restringida, hasta llegar a la muerte de los pacientes; la persecución política será más tenebrosa y temeraria, y, por el otro lado, se agudizará el robo descarado del erario nacional; crecerán las denuncias sobre los forajidos del régimen involucrados en el narcotráfico, blanqueo de capitales, tráfico de influencias y aumentará la violación de los DDHH a los ciudadanos, sean estos de aquí o de allá.
El engendro heredero nos va a seguir “jodiendo” la vida; está seguro que todos los sectores opositores que están “libres” no tienen la fuerza necesaria para levantar su cabeza, están desprestigiados, gracias a la propaganda oficialista y al poco apoyo popular. Lo que no calculan ellos, es que este pueblo que ven mancillados, humillados y cansados de la ignominia; espera calladamente su momento, no como los inútiles, sino como constructores de su propio destino, se cansaron de la demagogia y de la politiquería y veremos que ocurrirá en los días por venir.
DC / Prof. Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com