«Famosa por ser famosa», digna de atención tan solo por existir. Así se veía ante el espejo la hoy fallecida Zsa Zsa Gabor, la mujer en la que John Huston vislumbró una actriz que brillaría en Moulin Rouge (1952) y que, después, no volvió a tener el mismo lustre para el celuloide. De los papeles secundarios pasó a, durante tres décadas —los setenta, los ochenta y hasta los noventa— los cameos en los que o bien se interpretaba a sí misma o bien caía casi en la parodia. El personaje de la gran diva, de Zsa Zsa, devoró y fue a la vez el mayor logro de la Miss Hungría de 1936 Sári Gabor, que nunca llegó a desprenderse de su acento en inglés y que por muy poco no alcanzó a cumplir 100 años (los haría el próximo 6 de febrero), además de acumular nueve maridos.
Vestida de su pseudónimo, como Zsa Zsa Gabor, dejó doctrina escrita, su visión del mundo, primero en How to Catch a Man (1970), una guía para atrapar maridos ricos y, ya en 1992, en sus memorias Una vida no es suficiente. En estas frases que casi caben en un tuit y que recogen varios sitios web de citas célebres, Zsa Zsa Gabor:
- «Soy una maravillosa ama de casa. Cada vez que dejo a un hombre me quedo la suya».
- «Si llamo a todo el mundo ‘cariño’ es porque no recuerdo sus nombres».
- «Pago mis propias facturas porque quiero ser yo quien elija un hombre. No permitiría lo contrario».
- «Quiero un hombre que sea amable y comprensivo. ¿Es eso demasiado pedir de un multimillonario?».
- «Sentir celos de una mujer bella no te hará guapa a ti».
- «Un hombre enamorado está incompleto hasta que se casa. Luego, está acabado».
- «Los maridos son como un incendio: se expanden fuera cuando no se les presta atención».
- «La única profundidad que los hombres quieren en las mujeres es la del escote».
- «Yo creo en las familias numerosas: toda mujer debería tener al menos tres maridos.»
- La única forma de aprender de veras un idioma es casarse con alguien de esa nacionalidad. Lo que en Europa llaman ‘un diccionario en la cama’. Yo he estado casada cinco veces y hablo siete idiomas. Todavía no me explico de dónde saqué los otros dos.
- Las personas a las que nada se les puede reprochar tienen, de todas formas, un defecto capital: no son nada interesantes.
DC|EP