El aloe vera durante años ha sido considerada como una ‘planta milagrosa’ por sus múltiples beneficios para el organismo y la piel. El gel espeso que contiene cada hoja está compuesto por agua, glicoproteínas, polisacáridos, aminoácidos, taninos, enzimas, esteroles y lípidos capaces de sanar a nivel interno como externos diferentes dolencias.
El uso del aloe sobre la piel puede combatir afecciones como el acné, evitar el envejecimiento de piel, ayudar a desaparecer manchas, además de sanar quemaduras de primer y segundo grado.
¿Cómo aplicarlo?
Se retira de manera cuidadosa una de sus hojas, se procede con un cuchillo retirar toda la parte dura que la compone, y extraer de su interior los cristales, aprovechando el gel que produce la planta.
Aplicar los cristales sobre la piel y masajear lentamente con el gel, dejar reposar durante media hora y retirar con abundante agua, prácticar esta rutina todas las noches o al iniciar el día.
Beneficios:
Ayuda a evitar el envejecimiento de la piel, por su capacidad humectante.
Mejora los niveles de colágeno, ayuda a evitar la flacidez de la piel mejorando la elasticidad.
Previene las líneas de expresión.
Suaviza la piel seca
Combate el acné por sus propiedades antiinflamatorias.
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