Este 24 de diciembre de 2016 se cumplen 7 años del fallecimiento del expresidente de Venezuela, Rafael Caldera.
Ejerció la primera magistratura en dos ocasiones. La primera para el período 1969-1974, y la segunda entre 1994 y 1999. Fue además senador vitalicio de la República entre 1974 y 1994, ejerció de nuevo este título en 1999, el cual no pudo mantener debido a su abolición en la Constitución de Venezuela de 1999.
En tal capacidad presidió la Comisión Bicameral que modernizó la legislación laboral a través de una nueva Ley Orgánica del Trabajo y, por otra parte, presidió la Comisión Legislativa para la Reforma de la Constitución de 1961, que no llegó a materializarse por causa de la indecisión parlamentaria de 1993. También desempeñó los cargos de fiscal general entre 1945 y 1946; dos veces diputado; presidente de la Cámara de Diputados y vicepresidente del Congreso de la República de Venezuela.
Consagrado intelectual y máximo representante e introductor del «socialcristianismo» en Latinoamérica, Caldera desarrolló una dilatada labor ensayística y docente.
Publicó decenas de libros y escribió numerosos artículos y ensayos, entre los que destacan: Andrés Bello (1935), Derecho del trabajo (1939), Idea de una sociología venezolana (1953), La Solidaridad pluralista de América Latina (1973), Parlamento mundial: una voz latinoamericana (1984), Los causahabientes (1999); y más de sesenta opúsculos o folletos sobre variados temas expuestos en diferentes escenarios nacionales e internacionales.
Aunque Caldera prometió durante su campaña no acudir jamás ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), debió hacerlo ante la crisis económica.
El nulo efecto de la práctica intervencionista en la economía del país, hace que Caldera anuncie el programa llamado Agenda Venezuela que prometía restablecer el equilibrio macroeconómico y apalear la inflación. Aplicando medidas tildadas por sus detractores como «de corte neoliberal» de acuerdo con las recomendaciones del FMI, que hasta entonces se había resistido a adoptar.
Así, se devaluó el bolívar en un 70%, el control de cambio fue levantado, los combustibles se encarecieron en un 800%, se liberalizaron los tipos de interés (el IVA subió a 16,5%), se continuó el proceso de privatización de los activos del Estado y se avocó a la disciplina en el gasto público, que no surtieron efectos debido a la crisis económica mundial en ese momento. Está medidas fueron bien acogidas en el exterior, pero no en el país, en donde fueron frecuentes las manifestaciones y disturbios de la población venezolana que se sentía afectada negativamente.
Durante el gobierno de Caldera fueron sobreseídos y salen en libertad los militares responsables de los intentos golpistas de 1992, que se agruparon en el partido político Movimiento V República (MVR), dirigido por Hugo Chávez, para lograr el apoyo de los grupos de izquierda a su precario gobierno de minoría parlamentaria.
La caída de los partidos tradicionales y el movimiento populista iniciado por Caldera, dieron pie a Chávez para iniciar su propio movimiento, el cual se cristalizó al legalizar el partido MVR proveniente del Movimiento Bolivariano Revolucionario – 200 (MBR-200), que logró una clara victoria en las elecciones presidenciales de 1998. La vida política de Caldera, y los partidos por él creados, habían concluido un rasgo independiente.
DC|Panorama