El sismo de magnitud 5,3 en la escala abierta de Richter que sacudió el centro de Costa Rica la noche del miércoles causó daños en 14 viviendas, algunos deslizamientos en carreteras y cortes de agua y electricidad, informó hoy una fuente oficial.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) indicó hoy en un informe que el temblor, con epicentro en la localidad de Capellades, generó “importantes afectaciones” en los cantones de Turrialba, Alvarado, Jiménez y Oreamuno, de la provincia de Cartago (centro), principalmente en pequeñas comunidades rurales de zonas montañosas.
“Se reportan daños estructurales en viviendas, caída de objetos, tendidos eléctricos caídos y sistemas de distribución de agua afectados”, agregó la CNE.
En Jiménez se reportan 4 casas dañadas, de las cuales una colapsó por completo; en Alvarado, 7 viviendas con daños, y en Turrialba 3 casas más afectadas.
En Oreamuno se registran daños en tendidos eléctricos y sistema de distribución de agua.
Las autoridades municipales abrieron un albergue en el que se encuentran unas 27 personas.
“Los comités municipales de emergencia de estos cantones están en el campo haciendo las valoraciones correspondientes y durante el día se conocerá con más detalles los daños causados por este sismo”, explicó la CNE.
El sismo de magnitud 5,3 ocurrió a las 18.25 horas del miércoles (00.25 de hoy) y posteriormente se ha registrado cerca de mil réplicas, la mayoría de ellas imperceptibles para la gente, según un informe del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
El sismo fue causado por una falla local y la réplica más fuerte ha sido una de magnitud 4,3 y hay otras importantes superiores a 3.
“No se reportan víctimas asociadas al sismo. Los comités de emergencia local han habilitado albergues para las personas que sus casas tienen daños estructurales o son propensas a deslizamientos”, explicó el Ovsicori.
Los pobladores de la zona cercana al epicentro afirman nunca haber sentido un temblor tan fuerte, ante lo que el Ovsicori ha dicho que es posible que tengan razón, pues el sismo fue “muy superficial”, a escasos dos kilómetros de profundidad.
El Ovsicori señaló que lo viejo de las estructuras y la zona montañosa favorecieron la ocurrencia de los daños materiales.
Costa Rica es un país de frecuente actividad sísmica y sus habitantes perciben decenas de temblores cada año, pero la mayoría de estos no causan daños de consideración.
DC | EFE