Usamos todavía, con frecuencia, expresiones hermosas como «nuestro pueblo» o «el pueblo venezolano». Y mucha gente, de buena fe, habla de «la identidad» o de «los valores del venezolano». Porque hay algunos hábitos y costumbres que tal vez los dos segmentos de la sociedad comparten: la «viveza», la impuntualidad, la evasión de responsabilidades, la afición al paternalismo estatal, etc.
Más allá de estos valores compartidos por «el pueblo», asoma otra realidad mucha más profunda: la existencia de dos países claramente diferenciados viviendo – que no conviviendo- en un mismo territorio.
Nuestra única posibilidad de escapar de la barbarie es, entonces, integrar en una sola estructura de valores. Proceso este que solo se puede y se podrá intentarse una vez que Maduro y su régimen, haya terminado de caerse. Oh, en un sentido más general, que sólo podrá intentarse desde la perspectiva del no chavismo- madurista. Simplemente porque para el régimen y en consecuencia, para sus seguidores; es impensable una integración ética con aquellos a los que consideran sus enemigos por pensar diferentes.
«TENDREMOS QUE REVISAR NUESTRA CONCEPCIÓN DE LA MORAL»
Despertemos la Conciencia Popular.
DC / José Contreras / contrerasj402@gmail.com / @contrerasj402