En los 15 años que estuvo Hugo Chávez al frente del poder, fueron innumerables las ocasiones en que denunció golpes de estado, magnicidios, conspiraciones, paramilitares, terroristas y todo tipo de movimientos de subversión, que tenían según él, como único objetivo derrocarlo, tumbarlo, asesinarlo o echarlo del poder. La letal enfermedad que lo invadió se lo llevó al más allá y nada de eso pudo demostrar nunca el extinto presidente, salvo los episodios del 11 de abril, cuando un pueblo en la calle valiente y decidido marcho hasta el centro de la ciudad de Caracas, para hacer respetar la Constitución Nacional y los derechos ciudadanos contenidos en ella, provocando su renuncia, que en ese delicado momento de nuestra historia, anunció el único trisoleado de la época, el general en jefe Lucas Rincón, provocando el vacío de poder dejado por Chávez, que en mala hora fue desaprovechado por el irresponsable de Pedro Carmona, quien traicionó a los millones de venezolanos que en ese momento exigíamos la renuncia del jefe del estado, auto proclamándose emperador de Venezuela, con la anuencia de los jefes militares que habían desacatado la orden del Plan Ávila dada por Chávez, para que estos masacraran al pueblo venezolano.
En estos tres años de Nicolás Maduro al frente de la Presidencia de la República, el guion se ha repetido muchas veces y tal como lo hizo el fallecido comandante, han creado varias figuras de alto nivel gubernamental para contrarrestar los supuestos motines terroristas y golpes orquestados por la derecha, la burguesía, el imperio y la oligarquía y el último gran “invento” es el cambio de gabinete y el nombramiento del nuevo Pedro Estrada, el señor El Alssaimi como Ministro del interior, para que este presida el sonado Comando Anti Golpe; que no es otra cosa que la instauración de un laboratorio macabro y genocida, para arreciar la represión y la persecución política, contra todos quienes disentimos de este oprobioso régimen, porque tanto Maduro como la banda que gobierna el País creen, que reprimiendo, amenazando y apresando dirigentes políticos democráticos, podrán silenciar los gritos de libertad y cambio, que coreamos más del 85% de los venezolanos, que desaprobamos la pésima gestión de Maduro.
Esta nueva arremetida del terrorismo de estado, que al ritmo de la exigencia de diálogo de Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Roy Chaderton, Ernesto Samper, Rodríguez Zapatero, Torrijos y Leonel Fernández suma seis nuevos presos políticos y centenares de perseguidos y amenazados, debe llamar profundamente la atención de la oposición democrática venezolana y fundamentalmente de la Mesa de la Unidad, congregada en el Parlamento Nacional; para que desde ya, la representación popular nombre por acuerdo mayoritario de los diputados, la conformación de un COMANDO ANTIDICATADURA, que debe ser estructurado nacionalmente, en todos los estados, en todos los municipios, las parroquias, sectores, barrios, urbanizaciones, comunidades, caseríos, gremios, sindicatos y fábricas; para junto a la iglesia y toda la sociedad civil, organizar y programar actividades desde las bases del pueblo, para denunciar la instauración de un régimen dictatorial en Venezuela y concientizar a nuestro pueblo, que estamos en la hora, en que somos los propios ciudadanos, quienes debemos dar un paso al frente, para evitar que la dictadura tome el cuerpo de la nación y podamos recuperar el derecho al voto, por el que luchó Betancourt, Leoni, Gallegos, Villalba y tantos venezolanos en la década del 40 y salvar nuevamente a la Patria de Bolívar, de una nueva tiranía, que termine destruyendo los pocos vestigios de República que aún quedan.
“Quienes defienden el derecho a la vida de asesinos, avalan la pena de muerte de ciudadanos inocentes”PSB.
DC / Lic. Pedro Segundo Blanco / Ex parlamentario del estado Sucre / petersecond1@hotmaIL.com / @pedrosegundoABP