Hacer ejercicio es uno de los mejores hábitos que puedes emprender en tu estilo de vida, te ayuda a mantenerte saludable y en forma, pero ¿qué pasa cuando haces más de la cuenta?.
Si te ejercitas con demasiada frecuencia y esto comienza a afectar tu rendimiento, vida personal, laboral y estado físico, quizás sea momento de regular tus horas de entrenamiento.
Hacer ejercicio es bueno, pero descansar también lo es, recuerda buscar un equilibrio, ya que este también es parte importante para la recuperación de los músculos.
Obsesionarse con el mundo fitness y exigirle demás al cuerpo puede generar problemas, por eso te contamos cuales son los daños que pueden hacerte, para que puedas establecer limites y descansar.
Si comienzas a cansarte más de lo normal y tu cuerpo rinde menos que antes.
Los periodos de descanso son insuficientes para la recuperación de los músculos y energía corporal.
Depresión, desmotivación, cambios de humor repentinos e irritabilidad.
Insomnio, debilidad en todo el cuerpo, problemas de concentración.
Dolores y pesadez en las extremidades.
Lesiones.
Puede afectar el ciclo menstrual.
Si presentas estos síntomas es momento de tomar un descanso y volver a establecer tu rutina. Algunas veces con la emoción del entrenamiento, comenzamos a exigirnos más de lo debido, lo ideal es ir gradualmente, aumentando y escuchando nuestro cuerpo.
-Aliméntate e hidrátate muy bien.
-Duerme al menos 8 horas seguidas.
No te exijas en temperaturas altas o muy bajas.
-Presta atención a cómo te sientes luego de cada entrenamiento.
-Nunca hagas ejercicio de un modo compulsivo, este debe ser placentero, no por ansiedad o máxima exigencia.
-De ser necesario busca apoyo.
DC|EME